En primero lugar, cuando se da un aviso de localización de migrantes por parte del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, Salvamento Marítimo, de los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en tierra o de particulares, estas personas son interceptadas, ya sea en tierra o en el mar. Posteriormente, la Cruz Roja realiza un control sanitario primario, presta asistencia básica e identifica a las personas vulnerables.
Acto seguido, los migrantes son puestos a disposición de la Policía Nacional, que ejerce la custodia policial durante un máximo de 72 horas. Cabe destacar que a estas personas se les proporciona asistencia jurídica y tienen derecho a un intérprete. Aquí se inicia la tramitación del proceso de devolución.
En el caso de que haya menores de edad no acompañados, se realizan las actuaciones de comprobación pertinentes por parte de Policía Nacional y son puestos a disposición del Consell insular correspondiente, ya que es el que tiene las competencias.
Desde la Delegación del Gobierno han precisado que tras la custodia policial, las personas vulnerables se incorporan al sistema de atención humanitaria. En el caso de las que no tienen perfil de vulnerabilidad, si no hay disponibilidad en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Península se desplazan por cuenta propia. Si hay plazas, se procede al ingreso en el CIE para su devolución si el juez ordena su internamiento.