Educación, investigación, cultura y deporte son los ejes de la integración del futuro puerto con la ciudad y en el que los residentes se convierten en protagonistas. En la última mesa de la jornada se desgranaron los ingredientes para que esta fusión sea un éxito social con este proyecto que comienza a caminar. Así lo confirmó Joaquim Tintoré, director del Sistema de Observación y Predicción Costero de las Illes Balears (SOCIB), que abogó por la colaboración público-privada a través de la entidad que lidera, la Universitat de les Illes Balears (UIB) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Además, planteó «claramente poner límites. Somos un territorio limitado», mientras reivindicaba que el futuro puerto debe apostar «por la innovación, que genera conocimiento. Y que esté preparado para el cambio climático. Necesitamos calidad de vida para los residentes».
La otra pata que permitirá la conexión del puerto con la ciudadanía es la cultura. Albert Forés, director del Museu Marítim de Mallorca, advirtió que la sede actual, en Ses Voltes, es «un espacio de transición», a la espera de su ubicación definitiva, en un nuevo edificio frente al Passeig Sagrera. «Si Palma se plantea ser la capital europea de la cultura en 2031, necesita un museo marítimo de primera división. Cada semana rechazo colecciones que nos ofrecen ciudadanos por falta de espacio. Un país rico se define por sus museos, sus universidades y su industria».
En el ámbito de la formación, la reordenación de usos del puerto plantea un traslado de la escuela náutico-pesquera hacia la actual zona de plásticos, lo que permitirá su ampliación. «Es imprescindible el relevo generacional en esta industria. La demanda cuadriplica las plazas existentes, tenemos lista de espera. Estamos ante una oportunidad muy importante que nos permitirá ofertar ciclos formativos de actividades subacuáticas para formar buzos o de mestres d’aixa», aseguró Isabel Salas, directora general de Formació Profesional del Govern.
En este cambio de usos que liberará metros cuadrados del puerto para el uso ciudadano, se concibe también la creación de instalaciones para una escuela municipal de deporte. «Lo que hace la Autoritat Portuària de Balears (APB) es un gran proyecto. La vela es un deporte sostenible e inclusivo», señaló Joaquín González, presidente de la Real Federación Española de Vela, que advirtió que «necesitamos un espacio para que la gente haga deporte, no solo en los clubs náuticos».
La última mesa fue un llamamiento para un puerto en el que la ciudadanía sea la protagonista. Los participantes pidieron consenso entre los políticos de diferentes legislaturas. «¿Qué puerto queremos dejar a nuestros hijos?», lanzaba Tintoré al público como colofón a la jornada que desvelaba el futuro del puerto.
El apunte
La innovación en la fachada marítima