Tropas milicianas y regulares republicanas con el puño en alto antes de la ofensiva militar.

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El bando republicano perdió más tropas como consecuencia de la frustrada ofensiva militar para tratar de arrebatar Mallorca a los sublevados que durante la defensa de Madrid en noviembre de 1936. El ataque liderado por el capitán Alberto Bayo, que comenzó con un desembarco en la costa de Llevant, se prolongó entre el 16 de agosto y el 4 de septiembre. La batalla concluyó con un total de 372 antifascistas fallecidos, de los cuales 85 fueron fusilados tras ser capturados. En la lucha para conservar la capital, en cambio, murieron 266, aunque el número de heridos superó los 6.000. En la ofensiva mallorquina se alcanzaron los 600.

Así lo confirma una nueva investigación publicada por los doctores en Historia Manuel Aguilera y Gonzalo Berger en la revista Studia Historica, donde por primera han hecho un estudio cuantitativo y nominal basado en todas las fuentes de archivo disponibles. «En Madrid se pudieron salvar más heridos porque podían llevarlos rápidamente a un hospital, algo que no pasó en Mallorca, donde primero tenían que llegar desde el frente hasta la playa para ser evacuados a un buque hospital que debía alejarse constantemente de la costa por los bombardeos», explica Aguilera sobre las dificultades que tuvieron los expedicionarios.     

El trabajo revela que los desembarcados contaban con 5.279 efectivos mientras que el bando sublevado movilizó alrededor de 4.000. Son datos que desvelan que las fuerzas estuvieron mucho más equilibradas de lo que se creía hasta ahora. «La batalla no estaba ni mucho menos perdida para los antifascistas, pero les faltó confianza y autoridad para coordinar a todas las milicias», señala el investigador, que apunta que 4.236 eran fuerzas milicianas y 1.043 soldados o miembros de las fuerzas policiales republicanos.

Los sublevados mallorquines contaban, además, con una mejor red de transporte, con 300 vehículos, y una retaguardia volcada en las necesidades de intendencia. La ayuda de los fascistas italianos y la falta de apoyo de la República y la Generalitat, centrada en el frente de Aragón, acabó por frustrar la ofensiva.

Aguilera destaca que entre los 116 muertos sublevados a consecuencia del ataque de Bayo, han podido identificar que la mayoría, 27, eran de Palma; 14, de Manacor, y siete de Llubí. «Llama la atención que este pueblo sufriera tantas bajas, pero se debe a que un grupo de 42 falangistas de este municipio sufrió cinco muertos defendiendo el Puig de Sa Font», apunta, y recuerda que la Generalitat de Catalunya y el Govern continúan buscando víctimas de ambos bandos.