Raül Gallego Abellán es el periodista de las tierras de habla catalana más laureado a nivel internacional de la historia. Nació en 1976, el año que (teóricamente) volvía la democracia a este país. En su primer viaje, voló de su Sabadell natal a Mallorca, isla con la que mantiene un vínculo emocional a través de sus recuerdos de infancia y las amistades que desde entonces ha cultivado aquí. Desde su primer periplo insular, Gallego no ha parado de empaquetar ropa, cámara y dron para viajar a los puntos más calientes del planeta. Empezó trabajando en TVE y en TV3 donde ocupó la corresponsalía de Jerusalén en tiempos de la Guerra de Irak y la Segunda Intifada. Ha trabajado para Associated Press y ha colaborado con medios como The Washington Post o Al Jazeera. Ahora acaba de ganar el Emmy Internacional en la categoría de serie documental de formato corto con Punt de no retorn (3Cat). El premio confirma que su personal manera de contar los conflictos que asolan el planeta ha creado escuela y que quedan reductos donde los periodistas nacidos bajo el signo de la democracia todavía pueden denunciar los ataques a la libertad, los derechos humanos y la paz con su trabajo.
Lleva dos décadas en el ojo del huracán. ¿Cuántas veces ha temido por su vida trabajando?
Muchas. Recuerdo especialmente una en Georgia, cuando me capturaron las fuerzas especiales rusas. Me pegaron, me echaron al suelo, y me empezaron a disparar alrededor. Pensé que me iban a matar, pero, por suerte, una negociación me salvó. He estado en medio de tiroteos en Gaza, de bombardeos en Libia… En Afganistán pasé catorce horas junto a los marines en una batalla. Pero es parte del trabajo, ¿no? A veces me hace gracia estos periodistas que han estado a punto de morir y ya escriben un libro. Y, a ver, cada uno que haga lo que quiera, pero cuántos libros habéis visto de bomberos que digan: «Un poco más y me quemo!» El periodismo de conflicto es esto. Pero ahora impactan más las historias personales que imágenes de tiroteos o bombardeos porqué las redes sociales van llenas de las que filman los propios soldados.
Siendo un periodista tan premiado, debe ser usted millonario y estar a punto de jubilarse, ¿no?
Hombre, a punto de jubilarme espero que no, y forrado, por desgracia, tampoco, ¡ya me gustaría! Pero estoy muy feliz. El Emmy me lo han dado por la serie, pero yo me lo tomo como un reconocimiento a toda una trayectoria y a una manera de trabajar. No sólo en el ámbito profesional, sino también desde ideales personales. Tengo la sensación de haber subido una montaña muy alta. Ahora toca plantearme cuál será el próximo reto.
Uno de los lugares en los que más ha trabajado es Israel. ¿Usted entiende lo que están haciendo después de lo que sufrieron en manos de los nazis?
Hay muchos judíos que no viven en Israel, y muchos están en contra de lo que está pasando. Pero dentro de Israel, después de siglos de persecución y el Holocausto, han pasado a una actitud de supremacía. Han utilizado su victimismo histórico para justificar la opresión, los desplazamientos forzados y la violencia desde 1948. Es como ese hijo maltratado que, al final, se convierte en maltratador. Cuando deshumanizas al enemigo, es más fácil justificar genocidios y masacres. El sentimiento de que son el «pueblo escogido» forma parte de su narrativa. Desde los inicios del establecimiento del Estado de Israel, hubo grupos armados judíos que actuaron como grupos terroristas para obtener la creación del Estado. Se rompió con la imagen del judío débil y perseguido para instaurar una idea de fuerza y venganza. Esto hoy persiste.
En su serie trata temas como el cambio climático o el auge de la extrema derecha. ¿Estamos en un punto de no retorno?
Es un título que, desgraciadamente, describe muy bien lo que vivimos. Con temas como el cambio climático, la polarización política y las luchas por los derechos humanos, la situación es muy preocupante. En mi serie anterior, Fly on the wall, todavía había espacio para la esperanza. Ahora, muchas historias terminan con una sensación de derrota o de choque colectivo. Por ejemplo, los indígenas de Canadá que luchan por el territorio y por el cambio climático lo hacen no sólo por sus derechos, sino por preservar la naturaleza para todos. Pero están cansados y se sienten solos. No quieren dejar de luchar, pero también se preguntan qué pueden hacer para seguir. El problema es que las izquierdas han perdido el norte. Algunas están ancladas en el pasado y otras se han vendido en el sistema. Esto ha permitido que las derechas ganen terreno, porque no tienen ningún problema en jugar sucio. En España, por ejemplo, lo vemos con el uso político de la justicia. Las izquierdas fracasaron conectando con la realidad de las personas. Pero si no queremos que la democracia degenere en una dictadura capitalista, debemos reflexionar sobre lo que hemos hecho mal. ¿Por qué figuras como Trump o Milei ganan elecciones?
¿Hay esperanza para revertir esta situación?
Como decía Noam Chomsky, estamos en un momento crucial de la historia de la humanidad. Pero, entre tanta negatividad, también hay gente que hace cosas increíbles y se han logrado logros importantes. No debemos perder de vista que también hay personas y movimientos que trabajan por un mundo mejor. Nos queda mucho por hacer y la lucha continúa.
¿Existe espacio para transmitir un mensaje diferente dentro de este contexto global de intoxicación ultraderechista?
El populismo de derechas tiene un gran apoyo del capitalismo. Pero creo que, por ejemplo, en Estados Unidos con Trump, o en Argentina con Milei, esa alianza con las élites ahora se les está escapando de las manos. Es similar a lo que pasó antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando figuras como Hitler eran apoyadas por grandes fortunas y empresarios que veían en él una forma de contrarrestar el comunismo y los derechos de los trabajadores. Ahora estamos en un escenario similar, pero también distinto: incluso dentro de las élites conservadoras existen divisiones.
Después de décadas siguiendo conflictos, ¿cree que estamos más cerca de la tercera guerra mundial?
Yo antes era muy bueno haciendo predicciones de lo que pasaría, pero ahora no me atrevo a hacerlas: cada mes está ocurriendo algo nuevo, o de repente empieza un conflicto, o tal país toma una decisión que ni te lo hubieras imaginado. Vivimos en una nueva Guerra Fría militarizada, con guerras por encargo (guerras por poderes), y parece que estamos jugando a un juego muy peligroso. Pero también creo que hay un interés por mantener este estado porque la guerra es un negocio. Nunca se había ganado tanto con el armamento, los vehículos y las municiones. Esto hace que se quiera alargar los conflictos, pero al mismo tiempo se corre el riesgo de que la situación se les escape de las manos.
Hemos empezado hablando de muerte, pero en sus viajes también habrá vivido momentos para recordar...
Una de las vivencias que recuerdo con más cariño fue en Bangladesh, durante unas inundaciones. Estábamos navegando por una zona totalmente negada y llegamos a una casita en la que había una mujer sola con dos hijos. Nos pusimos a hablar, y la conexión fue instantánea, como si fuéramos familia. Al terminar la entrevista, le pregunté qué necesitaba para salir adelante. Dijo que lo que le solucionaría la vida sería una vaca, porque le daría leche para vender y alimentar a sus hijos. Fui al mercado, le compré una vaca, y cuando se la entregue se quedo en shock y dijo: «Que extraña que es la vida que llega un desconocido y te la soluciona». Es de esos momentos que te hacen sentir que el trabajo que haces tiene sentido.
Israel se está defendiendo y mientras no acabe con todos los que asesinaron a los suyos pues ellos seguirán y yo haría lo mismo porque le están tirando cohetes y bombas de otros países también que esto no se va a parar o yo al menos no me pararía hasta que me dejaran en paz y parece que del asesino de Putin nadie dice nada eh y ese sí que es un asesino invadiendo un país y él sabrá por qué
Los criminales sionazis son cobardes que masacran a mujeres y niños civiles. Nunca podrán disfrazar su mal porque el mundo ha sido testigo de ello. Ya no se creerá más en su etiqueta de "víctimas": son criminales sedientos de sangre, como nunca antes se había visto en el mundo.
Vergüenza de país, vergüenza de radicales, vergüenza de gobierno, tanto pregonar su genocidio y ahora ellos son los genocidas del pueblo de Palestina, y esta es la pura realidad de cada día, asesinato de niños y niñas y ancianos en gaza y la culpa la tienen otros, siento vergüenza de toda esa gente que apoya a Israel para que haga su genocidio.
Me quedo con eso de que se siente de izquierdas e intuye que "algo habremos hecho mal". Pero, con lo valiente que es en su trabajo, no se atreve a decir el qué "han hecho mal". Solo se atreve, oh valentía, a atacar a los jueces, así, generalizando.
Israel, desde antes de su fundación, ha tenido que luchar contra la agresión de los árabes / musulmanes. Agresiones a gran escala, como el ataque de Egipto, Siria, Líbano, Jordania, Irak y Arabia Saudita a la vez, en las Guerra de los 6 días de 1967, hasta continuos atentados terroristas por parte de los palestinos.
Y, como la necesidad hace virtud, ahora es uno de los países con mejor capacidad bélica del Mundo.
10 comentarios
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Israel se está defendiendo y mientras no acabe con todos los que asesinaron a los suyos pues ellos seguirán y yo haría lo mismo porque le están tirando cohetes y bombas de otros países también que esto no se va a parar o yo al menos no me pararía hasta que me dejaran en paz y parece que del asesino de Putin nadie dice nada eh y ese sí que es un asesino invadiendo un país y él sabrá por qué
En lloc de crear l'estat jueu a Palestina, l'haurien d'haver creat a l'espanya que se buida, allà no farien nosa
ToñitosOn has llegit això de que se sent d'esquerres?
Los criminales sionazis son cobardes que masacran a mujeres y niños civiles. Nunca podrán disfrazar su mal porque el mundo ha sido testigo de ello. Ya no se creerá más en su etiqueta de "víctimas": son criminales sedientos de sangre, como nunca antes se había visto en el mundo.
Vergüenza de país, vergüenza de radicales, vergüenza de gobierno, tanto pregonar su genocidio y ahora ellos son los genocidas del pueblo de Palestina, y esta es la pura realidad de cada día, asesinato de niños y niñas y ancianos en gaza y la culpa la tienen otros, siento vergüenza de toda esa gente que apoya a Israel para que haga su genocidio.
Me imagino que en su condición de periodista no ha estado en Cuba, Venezuela, Nicaragua….
Me quedo con eso de que se siente de izquierdas e intuye que "algo habremos hecho mal". Pero, con lo valiente que es en su trabajo, no se atreve a decir el qué "han hecho mal". Solo se atreve, oh valentía, a atacar a los jueces, así, generalizando.
Israel, desde antes de su fundación, ha tenido que luchar contra la agresión de los árabes / musulmanes. Agresiones a gran escala, como el ataque de Egipto, Siria, Líbano, Jordania, Irak y Arabia Saudita a la vez, en las Guerra de los 6 días de 1967, hasta continuos atentados terroristas por parte de los palestinos. Y, como la necesidad hace virtud, ahora es uno de los países con mejor capacidad bélica del Mundo.
Israel ens agradi O no està salvant el cul a occident.
Me he sentido sodomizado después de leer este artículo. Buen trabajo.