Fuentes oficiales informaron de que durante las movilizaciones no
se produjeron incidentes relevantes, ya que se llevaron a cabo con
absoluta normalidad, y tampoco se registró desabastecimiento. Al
mismo tiempo que las movilizaciones y manifestaciones, diversos
miembros del Gobierno reiteraban públicamente su disposición a
negociar y buscar soluciones al conflicto, pero «nunca en el
sentido de bajar los impuestos de los carburantes», según palabras
de Rodrigo Rato.
Los manifestantes, convocados a nivel nacional por la Asociación
Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) y la Coordinadora de
Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), así como por
organizaciones regionales y provinciales, iniciaron sus protestas
de forma conjunta a las 10'00 horas en todas las capitales de
provincia.
En Madrid, un total de 47 tractores y 200 agricultores
recorrieron las calles de la capital varias horas hasta
concentrarse ante el Ministerio de Economía, donde los responsables
de ASAJA y COAG presentaron sus principales peticiones, entre las
que destaca la exención del Impuesto Especial sobre Hidrocarburos
para el gasóleo. En el documento se pide también la reducción de
módulos del IRPF y la revisión del IVA compensatorio para los
productos agrícolas e insisten en que el Gobierno permita a las
cooperativas agrarias la libre distribución de carburantes a
terceros.
Tanto el presidente de ASAJA como el secretario general de COAG,
José Manuel de las Heras, insistieron en que el objetivo de ambas
organizaciones es conseguir soluciones inmediatas para los
agricultores y los ganaderos, pero advirtieron de que, de lo
contrario, convocarán una nueva movilización el 13 de octubre en
Madrid, «donde se llevará a cabo una manifestación masiva en
protesta por el excesivo coste que debemos pagar por los
carburantes».
El mayor número de manifestantes se reunió en Valladolid, donde
según los organizadores se había alcanzado una cifra próxima a los
30.000 participantes, mientras que el mayor número de tractores
"unos 200" se concentraron en Jaén.
Aunque las protestas fueron generalizadas en toda España,
Castilla- León fue la comunidad autónoma donde más agricultores
salieron a la calle, colapsando con sus tractores el centro de las
ciudades.
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