El fallecido, que deja viuda y dos hijos, un chico de 18 y una
chica de 10, nació en el pueblo leonés de Santa Elena de Jamuz. Era
jefe de servicio, el «jefe de día» de los funcionarios, en la
prisión de Nanclares, donde trabajaba desde hace unos quince años y
donde empezó a desarrollar sus labores como maestro. Máximo Casado
estaba afiliado al sindicato CC OO.
El atentado ocurrió en la calle Beato Tomás de Zumárraga, número
86, en el garaje comunitario de la vivienda del funcionario. A las
7.45 horas, la víctima, que debía entrar a trabajar en la prisión
alavesa de Nanclares de la Oca fue a su vehículo, aparcado en el
primer piso del garaje.
Según las primeras investigaciones, al acceder al vehículo y
ponerlo en marcha explosionó la bomba, que destrozó completamente
el turismo y el cuerpo del funcionario, que falleció en el acto. La
explosión dañó además a los dos vehículos aparcados a los
lados.
La noticia del asesinato del funcionario se la dieron a su viuda
los agentes de la Ertzaintza desplazados al lugar cuando ésta bajó
de su domicilio a interesarse por lo ocurrido. En ese momento
sufrió una gran conmoción.
El artefacto contenía entre kilo y medio y dos kilos de
explosivo y se activó al ponerse en marcha el vehículo. Según
fuentes cercanas a la investigación, el mecanismo de activación era
muy sensible ya que el coche apenas se había movido de la plaza de
garaje en la que estaba aparcado. El hecho de que el vehículo en el
que fue colocada la bomba estuviera aparcado en un sótano provocó
un gran estruendo que alertó a los vecinos del inmueble.
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