La condena al terrorismo volvió a concentrar ayer a ciudadanos y
representantes políticos en un acto público de repulsa por el
último asesinato de ETA, el de Ramón Díaz García.
Un centenar de personas se dieron cita en la plaza de Cort a
mediodía, donde se guardaron cinco minutos de riguroso silencio,
encabezados por el alcalde de Palma, Joan Fageda, y por el
presidente del Parlament balear, Maximilià Morales, quien, al
término de la concentración, expresó su confianza en que «por las
vías necesarias, la policial, indiscutiblemente, pero también la
del diálogo, se llegue a una solución».
Miembros del Govern, presididos por su presidente, Francesc
Antich, se concentraron también a la misma hora, pero en la plaza
de Atarazanas, como señal de protesta por este nuevo atentado.
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