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El presidente del Gobierno, José María Aznar, tuvo ayer duras palabras para el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que dijo alegrarse de la derrota de la «cruzada antinacionalista». Aznar dijo sentirse dolido con el president, por él, por su partido y por las víctimas del terrorismo. «Es una persona inteligente, mesurada, pero no debía haber hecho esas declaraciones», dijo, ya que «el PP se ha sentido ofendido, y en la memoria de las víctimas del PP se sienten ofendidas». «Hay cosas que no se pueden decir», sentenció. «Nosotros sí estamos soportando una cruzada terrorífica, que es la cruzada de tener que pagar un precio extraordinario por nuestra libertad y por nuestra democracia con vidas humanas», añadió en reconocimiento al trabajo de sus cargos en el País Vasco.

El presidente del Comité de Gobierno de UDC, Josep Antoni Duran Lleida, respondió a Aznar que CiU «nunca ha utilizado el terrorismo ni a sus víctimas como una cuestión partidista» y garantizó que no existía «ninguna voluntad de ofensa» hacia el PP en las palabras de Pujol en las que se congratulaba por la derrota de una «cruzada antinacionalista» en las elecciones vascas.

Duran aseguró que, «entendiendo los sentimientos de cualquier dirigente que en su partido tenga víctimas o personas amenazadas, no es justo decir o pensar que cualquier dirigente de CiU pueda ofender a las víctimas, porque no lo hemos hecho nunca», tras lo cual recordó que los convergentes manifestaron también su «enorme satisfacción» por el descenso electoral de EH y siempre se han situado «del lado de todos los gobiernos democráticos», lo que «no todos pueden decir». El dirigente democristiano desvinculó así las críticas de Pujol por la citada «cruzada antinacionalista» de cualquier voluntad de ofender a las víctimas del terrorismo.

El secretario general de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, acusó al presidente del Gobierno de ser «un verdadero peligro para el sistema democrático» al utilizar un «lenguaje bélico» y criticar las palabras de Pujol.