TW
0

El vicepresidente primero y ministro del Interior, Mariano Rajoy, afirmó ayer en el Congreso, durante su intervención ante la Comisión de Justicia e Interior, que uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el Gobierno es la situación de inmigrantes irregulares que delinquen reiteradamente y que no pueden ser expulsados ni ingresar en prisión preventiva. Por ello, manifestó su preferencia de que no se suspenda la expulsión de aquellos extranjeros reincidentes que cometen delitos menores.

«Intentaré resolver este problema, no mediante decisiones administrativas o de Gobierno, que no puedo, sino mediante buenos oficios y las reformas legales que a buen seguro estoy convencido se están planteando en el Pacto de Estado para la Justicia», comentó. Rajoy ejemplarizó está situación en el caso del ciudadano moldavo que cometió presuntamente un asesinato en Madrid, que había delinquido en varias ocasiones y tenía orden de expulsión suspendida por el juez por tener causas pendientes. Esta situación, según comentó, hace que haya personas que no pueden ser expulsadas y tampoco los jueces consideran oportuno que ingresen en prisión preventiva porque se trata de delitos poco importantes.

Ante esta propuesta, el diputado de CiU, Carles Campuzano, señaló otras dos vías para evitar estas situaciones, como los juicios rápidos y el aumento de penas por multirreincidencia. Rajoy calificó estas medidas como un «avance», pero advirtió que con ellas se mantiene la dificultad de aplicar a estos delincuentes la prisión preventiva por tratarse de delitos menores.

Esta cuestión fue planteada como uno de los seis problemas identificados por el Ejecutivo en materia de inmigración. Los otros aspectos destacados fueron: agilidad en la concesión de visados y permisos de residencia y trabajo; continuación de los convenios de regulación de flujos con terceros países; agilización en la fijación del cupo del contingente de trabajadores no comunitarios; y esfuerzo pedagógico de integración tanto a españoles como a extranjeros.