Rodríguez Zapatero y Cándido Méndez en la clausura del congreso federal de UGT-Metal.

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José Luis Rodríguez Zapatero, secretario general del PSOE, pidió ayer a José María Aznar que escuche la voz de calle, a los trabajadores y a los sindicatos y no tarde «ni un día más» en retirar el proyecto de reforma laboral. Zapatero contestó así a las acusaciones que el coordinador de Comunicación del PP, Rafael Hernando, hacía ayer, mostrando su convencimiento de que el PSOE es el principal impulsor de la huelga general convocada por los sindicatos para el 20 de junio. «Un partido responsable no convoca huelgas», dijo Zapatero, a la vez que acusaba a Aznar como «único responsable» de la decisión de los agentes sociales.

«El responsable de la huelga no es quien la convoca, sino quien la provoca, niega el diálogo y recorta los derechos a los más débiles», dijo el líder socialista, quien recordó que una huelga general es «el último recurso» y a ningún trabajador le gusta hacerla. «Todos preferimos evitarla», aseguró, pero para ello considera necesario que el Gobierno debe retirar ya su propuesta de reforma del desempleo, sin esperar «ni un día más». «La convocatoria de huelga general expresa un malestar profundo, una indignación por ver que durante años se ha crecido económicamente y no ha habido reparto de la riqueza, mientras los sindicatos han contribuido con moderación salarial y estabilidad de precios, y han tenido una actitud responsable de diálogo, contribuyendo a construir la paz social», afirmó.

«Lo más grave y repugnante es que se quiera decir que los parados, que atraviesan la difícil situación vital de perder el empleo, tener trabajo temporal o a tiempo parcial, cientos de miles de españoles "añadió" se les insulte llamándole defraudadores. Eso es lo que más me indigna». Por ese motivo, instó a Aznar a «que se baje de la Cumbre y escuche a la calle, a los trabajadores y a los sindicatos». El secretario general de UGT, Cándido Méndez, criticó el «tono intimidatorio y amenazante» de Aznar, «que denota su fe inexistente en el diálogo». A juicio del líder de UGT, con esta reforma «Aznar pretende asestar un golpe muy duro al estado de derecho, y convertir derechos constitucionales en una concesión arbitraria de carácter administrativo».