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OTR/PRESS-SANTA POLA La ilegalización de Batasuna y la unidad de los todos los partidos democráticos. Estos son los dos mensajes que dejó a la clase política la manifestación que recorrió hoy las calles de la localidad alicantina de Santa Pola para condenar el último atentado de ETA, que se llevó las vidas de dos personas. La iniciativa contó con el respaldo de más de 20.000 personas. 'Por la libertad y contra el terrorismo. ETA no' fue el lema plasmado en la pancarta de la manifestación, que, cumpliendo el triste ritual tras cada acción de la banda terrorista, condenó el atentado en el que murieron una niña de seis años y un hombre de 57.

En apenas 20 minutos, los 20.000 asistentes, según cifras de la Policía local, recorrieron las calles de Santa Pola, desde el Ayuntamiento hasta la casa cuartel de la Guardia Civil, objetivo del atentado de ETA. En la cabecera de la manifestación se situaron los ministros de Defensa, Federico Trillo, y de Trabajo y Asuntos Sociales, Eduardo Zaplana. Junto a ellos, el secretario general el PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, al igual que, en representación del PP, su coordinadora de Participación y Acción Sectorial, Ana Mato; su coordinador de Formación y Estudios, Eugenio Nasarre; y su secretario de Política Económica y Empleo, Vicente Martínez-Pujalte.

La pancarta también estuvo en manos de la corporación local al completo, encabezada por su alcalde Francisco Conejero; el presidente de la Generalitat Valenciana, Juan José Olivas, y otros políticos como el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza. Juan Carlos Gallego, hijo de Cecilio Gallego, una de las dos víctimas del atentado, debía ser el encargado de leer el comunicado de condena, pero no pudo hacerlo y le sustituyó un locutor de una cadena de radio local. En su discurso en el que recordó en varias ocasiones a las dos víctimas, la pequeña Silvia y a Cecilio, lanzó varios mensajes a la clase política.

En el manifiesto se afirmaba que es «incompatible formar parte del entramado terrorista y a la vez de las instituciones democráticas», por lo que «los partidos que defienden la violencia deben estar fuera de la ley». En el texto también se pedía a los partidos que «se defienda a la sociedad del terrorismo con todas las armas del Estado de Derecho», y que los terroristas y «sus inductores paguen sus horrendos crímenes».

Tras la lectura del manifiesto y una prolongada ovación de los vecinos, los integrantes de la cabecera de la manifestación entraron en la casa cuartel para expresar a los guardias civiles y sus familiares su condena del atentado. Horas antes, más de 3.000 personas asistían al funeral y entierro de Cecilio Gallego en Torrevieja (Alicante). De otra parte, el presidente francés, Jacques Chirac, condenó «de la manera más enérgica» el atentado y ofreció a Aznar toda su «amistosa solidaridad en este duro momento».