En su intervención ante los asistentes a la concentración convocada
contra el «decretazo» en la Puerta de Alcalá y a la que asistieron
medio millón de personas, según los sindicatos, y 105.000, según la
Policía Municipal, Fidalgo y Méndez explicaron que el objetivo de
la protesta es demandar de nuevo la retirada de las medidas que
provocaron la huelga general del 20 de junio. «Queremos recuperar
la tutela judicial ante el despido sin causa, el mantenimiento de
una prestación digna y no graciablemente concedida y
arbitrariamente suspendida, y más en el caso de los precarios como
los eventuales agrarios y los que tienen un contrato
fijo-discontinuo. Queremos la restitución de estos derechos»,
subrayó Fidalgo.
A su vez, Méndez emplazó al Gobierno a que mañana lunes -cuando
se reúnan con el ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, para conocer
su propuesta de modificación de la reforma-, «no defraude las
expectativas que ha abierto», ya que, si no adopta cambios,
«generará mayor frustración y aumentará su descrédito», advirtió.
Recordó que el actual trámite parlamentario «es una oportunidad de
restituir derechos», y aprovechó para agradecer a los dirigentes de
los partidos de izquierdas su asistencia, a los que pidió que, en
caso de que el Ejecutivo no restablezca los derechos, los
conviertan en compromisos electorales.
En respuesta a estas advertencias, el ministro de Trabajo
reclamó a los sindicatos que hagan un «ejercicio de flexibilidad y
esfuerzo» en la reunión de mañana, aunque precisó que la reforma es
«buena» y que, por ello, las modificaciones que se introducirán en
el trámite parlamentario de la norma no pueden «desnaturalizar» el
texto original. Zaplana expresó su respeto a la concentración de la
Puerta de Alcalá, aunque recordó que el Gobierno tiene la
responsabilidad de gobernar por el interés general.
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