La llegada de Jatamí representa el inicio de la primera visita de
Estado a España de un presidente iraní desde la revolución de 1979
y supone un intento de Teherán de romper el aislamiento del régimen
islámico. La comitiva que trasladaba al Palacio de El Pardo a
Jatamí, a quien saludó el Monarca con apretón de manos, llegó con
media hora de retraso sobre el horario previsto. A continuación,
don Juan Carlos le presentó a la reina Sofía, a quien el presidente
iraní saludó sonriente, pero sin estrecharle la mano ni hacer
reverencia alguna, al igual que había sucedido minutos antes en el
aeropuerto de Barajas, a donde acudió a recibirle la ministra de
Asuntos Exteriores, Ana Palacio.
La jefa de la diplomacia española saludó con una leve
inclinación de cabeza al jefe del Estado iraní, quien le respondió
con el mismo movimiento. La peculiaridad del protocolo islámico que
rige en Irán se mantuvo de nuevo con la presentación que hizo el
Rey de la delegación española que acudió al Palacio de El Pardo a
la bienvenida oficial, en la que estaba, además de Aznar, la
presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi. El presidente iraní
tampoco estrechó la mano de Rudi, quien, a su vez, saludó con
cortesía pero sin reverencia alguna, lo que no impidió que ambos
intercambiaran unas frases antes de continuar el saludo a la
comitiva.
Comienza así una visita a la que el Gobierno español concede
gran importancia, no sólo en las relaciones de España con Irán,
sino en un ámbito más amplio, dado el propósito de la Unión Europea
de abrir negociaciones para la firma de un acuerdo de cooperación.
Fuentes diplomáticas españolas reconocen que ese acuerdo no sigue
la política de Estados Unidos con Irán, a quien incluyen en el
llamado «eje del mal» del presidente estadounidense, George W.
Bush, y destacan que la UE ha conseguido que Teherán se avenga a
abrir un diálogo directo con los Quince sobre derechos humanos.
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