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Siria no es objetivo militar de Estados Unidos. Así lo afirmó ayer el presidente del Gobierno, José María Aznar, que negó además que vaya a presionar al Gobierno de Damasco, sino que se trata «de hablar para conseguir la mayor estabilidad en la zona». Aznar también criticó al PSOE, sin mencionarlo, por el «furor desatado» que muestra con este conflicto, a su juicio, porque «internamente lo necesita». No sólo los socialistas, sino también otros grupos de la oposición entre los que se encuentra CiU exigieron al Gobierno que no implique a España en una nueva guerra tras el conflicto contra Irak.

«Siria es un país amigo de España, va a seguir siendo amigo de España; no es un objetivo para nadie, ni es un objetivo militar, ni es un objetivo para nadie, ni existe por parte de nadie la más mínima intención ni pretensión de extender ninguna situación conflictiva en relación con Siria», dijo Aznar, en la rueda de prensa que ofreció en Varsovia con el primer ministro polaco, Leszek Miller.

Aznar sí aseguró que hablará con el presidente sirio, Bashar al Asad, aunque eludió precisar si el presidente norteamericano, George W. Bush, le había pedido que trasladara a Damasco algún mensaje concreto.