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El Banco de España cifra en el 2,3 por ciento el crecimiento de la economía española en el tercer trimestre, la misma tasa registrada en el trimestre anterior, frente a loa augurios realizados el lunes por el secretario de Estado de Economía, quien aseguró que la actividad se había acelerado ligeramente. El crecimiento continúa dependiendo del consumo interno, mientras el sector exterior mantiene su aportación negativa y se modera la recuperación de la inversión en equipo.

El incremento de la demanda interna se debe especialmente al crecimiento algo más elevado del gasto de los consumidores, frente a la «suave desaceleración» de la inversión en capital fijo. Detrás del mantenimiento del crecimiento del consumo de las familias se encuentra el aumento de la renta disponible, que en 2003 alcanzará una magnitud próxima a la del año pasado, apoyada en la fortaleza del empleo y en los ingresos salariales, afirma el Banco de España.

Pese a estos datos, el último informe de coyuntura del instituto emisor señala que España está manteniendo un ritmo de crecimiento «considerable», asentado en sus «determinantes internos», que le permite partir «con ventaja» en la nueva fase de reanimación. El estudio señala que la demanda interna aumentó un 3,3 por ciento (una décima más que en el segundo trimestre), mientras que el sector exterior restó 1,1 puntos al crecimiento. En términos intertrimestrales, el PIB creció un 0,6 por ciento, tasa inferior en una décima a la del trimestre anterior.

El consumo de los hogares está sustentado también en las ganancias de riqueza real, derivadas de la revalorización de los activos inmobiliarios, y financiera, tras la recuperación de las bolsas de valores, así como por el mantenimiento de unas condiciones de financiación muy distendidas. Esta circunstancia determina el avance de la financiación recibida por los hogares, que acentuó su avance en el tercer trimestre, hasta situarse por encima del 16%, apoyada en la evolución de los créditos destinados a la compra de viviendas, cuyos tipos de interés de redujeron.

A pesar del aumento del endeudamiento, el instituto emisor afirma que la carga financiera de las familias continúa situada en unos niveles «confortables», en torno al 14 por ciento de su renta disponible.