Atutxa admitió que el reglamento no contempla específicamente la
modificación del Estatuto, aunque defendió la aplicación de una
reforma «por múltiples paralelismo existentes, para el debate y
resolución o acuerdo definitivo en la Cámara». «No solamente lo
digo yo», añadió, sino que recordó que «en 1998, respecto de esta
misma cuestión y en un reglamento no nato, unánimemente, respeto de
la reforma del Estatuto de Autonomía, venía a contemplarse en
idénticos términos el trámite que nosotros hoy (por ayer) hemos
aprobado».
PP y PSE rechazaron la admisión a trámite del Plan, aunque los
socialistas sí respaldaron que se tramite por el procedimiento
legislativo ordinario. Esto supone que tendrá que ser aprobado por
mayoría absoluta en el Parlamento vasco antes de ser remitido a las
Cortes Generales.
Según recordó, aquel texto afirmaba que los proyectos de reforma
del Estatuto «se regirán por el procedimiento legislativo
ordinario» con las particularidades establecidas en algunos
aparatos.
Atutxa negó que, una vez aprobada en el Parlamento, la propuesta
de Estatuto pueda tener rango de ley. «Seguiría el proceso adelante
para ser sometido a la negociación, al debate y ala aprobación, en
su caso, del Congreso y ser sometido, en su caso, también al
refrendo del pueblo», dijo. Aunque no se prevé una ampliación de
plazos para presentar enmiendas, Atutxa dijo que es una posibilidad
que contempla el reglamento, pero que no compete a la Mesa.
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