El presidente del Gobierno, José María Aznar, justificó ayer la
retirada de Bagdad del personal diplomático y los expertos
españoles en una llamada a consultas. Según dijo, no se trata de
una evacuación. Quien sí permanecerá en Bagdad será el encargado de
negocios español, Eduardo de Quesada, durante un intervalo de
tiempo que el Ministerio de Asuntos Exteriores aprovechará tras
trasladar la embajada de nuestro país a un edificio más grande.
Ya se encuentran en Amán, la capital de Jordania, los tres
funcionarios que la Oficina Técnica de Cooperación que la Agencia
Española de Cooperación Internacional (AECI) tiene en Bagdad. La
Oficina, que se puso en marcha a finales de agosto, también se ha
visto obligada a una «retirada estratégica», para dar «un descanso
mental» a sus tres trabajadores. En todo caso, las actividades de
la AECI no se han interrumpido.
El Gobierno ha llamado a consultas, en palabras de Aznar, «a las
personas que colaboran con la Autoridad en Irak, los expertos
españoles y parte del personal de la embajada», para «evaluar la
situación con ellos y en su caso tomar las decisiones oportunas».
«En todo caso, tengo que decir que no hay ninguna evacuación»,
precisó a Palacio, quien achacó la salida al «momento complicado»
que vive Irak.
Ana Palacio había confirmado momentos antes la retirada
«temporal» de este grupo de personas, que «volverán en seguida».
Sólo aclaró que permanecen cuatro personas en la embajada, entre
ellas el encargado de negocios, Eduardo de Quesada», y el cónsul,
Pablo Rupérez. Quien sí tiene previsto regresar a Bagdad en los
próximos días es el consejero económico de la embajada, Miguel
Àngel Iriso.
Exteriores quiere aprovechar la salida temporal de buena parte
del personal español para concentrar a todos los efectivos
dependientes de la embajada en un mismo edificio, por lo que se
procederá al traslado a un inmueble mayor. La ministra anunció hace
unos días el relevo del encargado de negocios, aunque ahora mismo
se desconoce si su salida se producirá una vez finalizado el
traslado de la embajada y del regreso a Bagdad del personal ahora
evacuado. Tal y como confirmó el secretario de Estado de Comercio,
Francisco Utrera, aseguró que la oficina comercial seguirá
abierta.
Pero la decisión ya ha generado críticas, aprovechando que el PP
ha vuelto a rechazar en solitario la comparecencia de Aznar en el
Congreso. El PSOE dijo no entender por qué se retira el personal
diplomático y no el militar, ya que no están en misión humanitaria,
sino en «una verdadera guerra».
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