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El presidente de la comisión de investigación del 11-M, Paulino Rivero, es partidario de que el confidente Rafá Zouhier comparezca en el Congreso porque su testimonio contribuiría a dar respuesta a los objetivos fijados por la comisión.

Rivero afirmó que Zouhier «debe acudir» a la comisión para aclarar si se tomaron las medidas suficientes para evitar los atentados, y que también lo tienen que hacer «todas aquellas personas que sirvan para completar algunas de las claves que son necesarias despejar».

«No hay que poner obstáculos a cualquiera que pueda completar o contrastar la información que se tenga durante los próximos días», dijo el diputado canario.

El confidente policial, que está en prisión por supuesta relación con la preparación de los atentados, asegura que alertó a la Guardia Civil de lo que se estaba fraguando al tener conocimiento del intercambio de drogas por los explosivos utilizados en la masacre.

Paulino Rivero, no obstante, expresó la necesidad de que los grupos políticos sean selectivos en las próximas comparecencias para evitar que «se dispersen los objetivos que se pretenden». Por otra parte, el ex director del Centro Nacional de Inteligencia y actual embajador de España ante la Santa Sede, el mallorquín Jorge Dezcallar, y su sucesor en el cargo, Alberto Saiz, abrirán hoy la tercera ronda de comparecencias en la comisión de investigación. Uno de los asuntos que se dará a conocer en la Diputación Permanente del Congreso será si el ministro del Interior, José Antonio Alonso, comparecerá en sesión extraordinaria en la comisión de Justicia e Interior para que informe del comportamiento de los confidentes policiales.

El titular del Ministerio de Defensa, José Bono, comunicó tanto a Jorge Dezcallar como a Saiz que deben cumplir lo fijado por la ley sobre no revelación de secretos.