Maragall, acompañado por miembros de su Gobierno, hace la tradicional ofrenda.
Barcelona12/09/04 0:00
El nuevo acto institucional de celebración de la Diada ha estado marcado por las protestas de los ciudadanos catalanes. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, llegó al monumento de Rafael Casanova en Barcelona silbado por un grupo de independentistas, que no dudaron en tacharle de «español» y «botifler» (traidor). Los consellers del Ejecutivo tripartito, formado por PSC, ERC e ICV, aguantaron estoicamente los pitos de las personas congregadas ante el monumento. La representación de la Diputación de Barcelona, con presencia de miembros del PP, también fue recibida con silbidos.
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