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OTR/PRESS-MADRID/BILBAO
La carta del obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, desmarcándose del documento de la Conferencia Episcopal respecto al Plan Ibarretxe, ha provocado reacciones encontradas. Mientras los partidos nacionalistas vascos creen que ha actuado de forma impecable, poniendo las cosas en su sitio, PP y PSOE le censuran, acusándole de utilizar un doble rasero, al pedir a los obispos que no se inmiscuyan en cuestiones políticas y avalar él al Plan Ibarretxe.

Para Olabarría, el prelado donostiarra realiza, en su mensaje, «una identificación de la función episcopal y de la Iglesia Católica en un Estado no confesional». «La Iglesia debe dedicarse a evaluar cuestiones teológicas, que hacen referencia a la interpretación de la moral católica y dirigirse a su propia feligresía, a su propios fieles. Ahí acaba su legitimación», manifestó.

El diputado del PNV en el Congreso Emilio Olabarría afirmó que el obispo de San Sebastián «ha puestos las cosas en su sitio con la ponderación que le caracteriza». Uriarte aseguró, en una carta dirigida a la comunidad cristiana de Guipúzcoa, «que todos los ciudadanos católicos están llamados a elaborar de manera adulta, sin proteccionismos ni intervencionismos eclesiales, sus propias opciones políticas».

Olabarría rechazó que entre las funciones de la Iglesia se encuentre «la capacidad de penetrar en debates de naturaleza político-jurídica, como es un Plan aprobado legal y regularmente». «La legitimidad de la Iglesia católica no puede llevar nunca a evaluar ni el procedimiento ni el contenido material del plan», aseguró.

Sin embargo, el secretario general del PSE-EE, Patxi López, acusó al obispo de San Sebastián de utilizar un doble rasero, porque es «uno de los que más han avalado» el plan del lehendakari Ibarretxe y, después de que la Conferencia Episcopal lo haya rechazado, dice que «los obispos no están para inmiscuirse en los asuntos políticos».