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EUROPA PRESS-SAN SEBASTIÀN
ETA colocó dos artefactos en las cercanías de las viviendas de dos empresarios en Zarautz (Guipúzcoa), lo que supone un paso más en la campaña de acoso a la que está sometiendo la organización armada a los empresarios vascos que no pagan el «impuesto revolucionario». Una de las bombas hizo explosión a las cinco de la madrugada sin que se registraran daños personales, mientras que la otra, compuesta por dos kilos de cloratita, fue desactivada por la Ertzaintza después de que un transeúnte diera una patada a la caja en cuyo interior estaba el artefacto. La única bomba que hizo explosión estaba colocada en un muro contiguo a la vivienda de un empresario (propietario de la empresa gráfica Otzarreta), ubicada en la calle Lapurdi de la localidad costera. Los daños causados por efecto de la explosión afectaron al muro que separa la vivienda de las vías del tren y la familia fue evacuada sin registrarse daños personales.

Así lo entendió tanto el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como el principal partido de la posición, el PP. Zapatero, que condenó los dos atentados, advirtió a ETA de que «la condición para el diálogo» pasa por que la banda terrorista «se disuelva y deponga las armas». Asimismo, el secretario de Organización, José Blanco, insistió en esa idea y añadió que el Gobierno trabaja «con la intención de acabar con el terrorismo».

A las tres de la madrugada, dos horas antes de que estallara este artefacto, un particular informó a la Ertzaintza de la presencia de una caja sospechosa colocada en el parque Muntxo, en el extrarradio de Zarautz. Al parecer, el explosivo se encontraba dentro de una caja junto a un banco y el comunicante le había dado una patada, lo que provocó que el paquete se abriera y se escuchara un pequeño zumbido en su interior. Inmediatamente se personaron en el lugar de los hechos varias dotaciones de la Policía Autónoma Vasca, que desactivaron el artefacto, compuesto por dos kilos de cloratita, un temporizador y un detonador, más explosivo plástico. Estaba programado para estallar a las cinco y media de la madrugada.

Por su parte, el ministro de Interior, José Antonio Alonso, apeló a la «unidad de los demócratas y a la firmeza de las leyes para lograr la desaparición definitiva del terrorismo». A su juicio, los atentados de Zarautz son una muestra más de que ETA «conserva capacidad para atentar». «Desde el Ministerio y desde la Policía y la Guardia Civil se seguirá trabajando como se ha hecho hasta ahora en la lucha contra ETA», dijo en un comunicado.