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José Luis Rodríguez Zapatero cumple hoy dos años como presidente del Gobierno satisfecho de los pasos dados en ese tiempo en materia de derechos sociales, pero sin caer en la autocomplacencia, y con la esperanza de que sea un hecho el fin del terrorismo etarra. El 17 de abril de 2004, Zapatero se convirtió en el quinto presidente del Gobierno desde la Transición al prometer su cargo ante el Rey un día después de que obtuviera la confianza del Congreso para su investidura con 183 votos a favor, 148 en contra y 19 abstenciones. Desde que el 18 de abril tomaran posesión los ministros del nuevo Gabinete socialista, el Gobierno ha impulsado más de un centenar de iniciativas legislativas (tres cuartas partes de ellas proyectos de ley) y se han aprobado ya definitivamente medio centenar.

Las fuentes del Ejecutivo consultadas reconocen que las consecuencias que puede tener ese anuncio y la esperanza de que esta vez pueda lograrse la erradicación del terrorismo etarra se sitúan a la cabeza de la agenda de trabajo del presidente del Gobierno para su tercer año de mandato.

El ecuador de la legislatura ha sido el momento elegido por Zapatero para hacer la primera remodelación del Ejecutivo al relevar a los titulares de Educación y Ciencia, Defensa e Interior.

Estos dos últimos cambios (que han supuesto el traslado de José Antonio Alonso al Departamento de Defensa y su sustitución en Interior por Alfredo Pérez Rubalcaba) han sido interpretados como un meditado movimiento del presidente del Gobierno tras el anuncio de alto el fuego permanente de ETA.

El Ejecutivo insiste en la necesidad de mantener la máxima cautela ante el proceso de paz y en defender la unidad de todos los partidos políticos.

En ese contexto se enmarca el anuncio de Zapatero de que convocará el Pacto Antiterrorista (como le había solicitado el líder del PP, Mariano Rajoy) antes de comparecer en el Congreso para pedir su aval a un diálogo con ETA si se dan las condiciones para ello.

Pero el Gobierno pretende no descuidar un ámbito de actuación en el que considera que ha quedado patente una «seña de identidad» de su actuación en los dos años de Zapatero como jefe del Ejecutivo: el impulso de las medidas de carácter social.

Las fuentes citadas expresaron el convencimiento existente en el seno del Gobierno de que los ciudadanos son totalmente conscientes de los avances que ha habido en ese ámbito gracias a las iniciativas que ha aprobado.

Pero destacan también el deseo de Zapatero de continuar en esa línea y sus llamadas a sus ministros y a los dirigentes del PSOE a no caer en la autocomplacencia y a continuar una tarea «histórica» que tiene como sus hitos más inmediatos las leyes de Igualdad y de Dependencia.