La bajera de un garaje alquilado en Biarritz, en el País Vasco francés, era el lugar elegido por ETA para ocultar un gran arsenal que ayer fue descubierto por la policía francesa. Allí los agentes galos han encontrado más de 100 kilos de cloratita en bidones, dos bombas-lapa, más de 170 detonadores, tres pistolas y varias ametralladoras. La Inteligencia española cree que se trataba de una «dotación» para uno de los comandos detenidos en los últimos meses. El etarra que alquiló la bajera es José Antonio Araníbar, jefe de operaciones especiales de la banda hasta su detención el pasado 2 de julio, según fuentes próximas a la investigación.
El arsenal tenía por objeto que Araníbar se lo entregase a un comando para atentar en España. La identificación del terrorista se produjo gracias al reconocimiento fotográfico que del mismo hicieron el dueño de la bajera y distintas investigaciones abiertas por la policía francesa.
Araníbar entregó el 2 de julio pasado una furgoneta cargada de explosivos a los 'liberados' Ekaitz Rodríguez y Angel Cardeño. La operación de la Guardia Civil que permitió detener a los tres terroristas evitó un inminente atentado que se iba a cometer posiblemente en Navarra durante la celebración del debate sobre el estado de la Nación.
Según el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, el operativo del instituto armado evitó muertes ya que el tipo de explosivo con el que iba cargada la furgoneta hacen pensar que los etarras iban a atentar contra alguien en concreto.
Araníbar, era un alto responsable del aparato militar de ETA vinculado a tareas de aprovisionamiento de material explosivo y armas a los comandos.
Cuando el Ministerio del Interior lo calificó de jefe de operaciones especiales para atentados de ETA en el interior de España se vinculó su nombre a la preparación del atentado que costó la vida a dos personas en el aeropuerto de Barajas el 30 de diciembre de 2006.
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