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EFE-SUKARRIETA El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, abogó ayer, en el que ha sido su último acto público en Euskadi, por el «pactismo político» y ha reclamado el apoyo para Iñigo Urkullu, del que se ha mostrado orgulloso. Imaz ha encabezado en la localidad vizcaína de Sukarrieta el homenaje que el PNV tributa anualmente a su fundador, coincidiendo con la fecha de su fallecimiento hace 104 años.

Tras un ofrenda floral en el cementerio y la celebración de una misa, Imaz ha intervenido en un acto político en el que ha apostado por «el pactismo como forma de hacer política desde el realismo y con el apoyo de las mayorías sociales». Ha recalcado que el PNV no debe ser solamente un partido nacionalista y ha insistido en que «no puede ni debe olvidar que el humanismo es otro de sus grandes valores, con la prevalencia de los derechos individuales de las personas ante cualquier otro valor o derecho».

«Porque como decía Irujo -ha agregado- el fundamento de todo derecho es, en primer lugar la persona, y no las instituciones o la patria». Imaz ha reconocido que el partido ha estado debilitado «por la división y el enfrentamiento» y ha apostado por mirar al futuro, aunque «habrá entre nosotros -ha advertido- quienes quieran resucitar el enfrentamiento, los que se muevan más cómodos en el barro que a campo abierto».

El todavía presidente del PNV ha subrayado que es a la nueva dirección del partido a la que le corresponderá decidir las estrategias de futuro; ha reclamado a los militantes que sean leales con ella y ha recalcado que en el PNV «no hay guardianes de las esencias fuera de los órganos competentes del partido». Tras repasar la trayectoria histórica del PNV, ha propuesto desconfiar «de fórmulas que, bajo la apariencia de sumar más votos, sólo sirven para que nuestro proyecto se difumine y que la sociedad vasca no nos pueda ver como lo que somos».

Imaz ha querido centrar su último acto público en Euskadi en el mensaje «sobre el que se ha basado el éxito del PNV: fuerza, eficacia y honradez».