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EFE-BILBAO La sede de ANV en la localidad vizcaína de Portugalete fue precintada ayer tarde por orden del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón tras ser objeto de un registro que se ha prolongado durante aproximadamente cuatro horas.

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía han abandonado este local, un bar ubicado en la calle Santa María, en la parte vieja de la localidad vizcaína, sobre las 14.00 horas portando cinco cajas con diversa documentación.

También ha sido retirada de un mástil la bandera de este partido, cuya actividad fue suspendida por orden de Garzón el pasado 8 de febrero por un periodo de tres años.

El registro ha comenzado sobre las diez de la mañana y, durante el tiempo que ha durado el mismo, varias decenas de simpatizantes de la izquierda abertzale, entre los que se encontraba el presidente de ANV, Kepa Bereziartua, se han concentrado en las inmediaciones del local tras una pancarta con el lema en euskera «No nos callaréis, independencia».

Y mientras la policía hacía su trabajo en el interior de la sede de ANV, en el exterior una veintena de simpatizantes de la izquierda abertzale se concentraron portando una pancarta con el lema «No nos callarán. Independencia» y corearon gritos como «Esto es un estado policial», «ANV adelante» o «Dejadnos en paz, fuera de aquí». Efectivos de la Ertzaintza se desplazaron al lugar y los agentes procedieron a la identificación de los dos militantes abertzales que sujetaban la pancarta.

A través de un comunicado, la izquierda abertzale denunció que tanto el registro y cierre de la sede de ANV de Portugalete como el encarcelamiento de la alcaldesa de Mondragón son «ataques» que demuestran que «vivimos un estado de excepción». En este punto acusan al PSOE de «estar inmerso en un delirio represivo» que recuerda «a los tiempos más oscuros de nuestra historia».