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La Citroen Berlingo cargada de explosivos con la que ETA intentó causar una masacre en la casa cuartel de Legutiano (Àlava) fue robada en Francia el pasado 16 de abril. ETA habría tenido por tanto un mes para preparar la potente bomba con la que mató al guardia civil Juan Manuel Piñuel, lo que hace pensar que el 'comando Vizcaya', al que se atribuye el atentado, recibió ya el vehículo listo para explosionarlo.

De momento, los investigadores siguen intentando identificar a los autores y para conseguirlo continúan analizando exhaustivamente el coche que los terroristas abandonaron en su huida que se ha convertido en un auténtico filón de pruebas, entre ellas las llaves de la furgoneta-bomba y el pasamontañas que usó el autor material del atentado para evitar ser identificado por las cámaras de seguridad del cuartel.

La estrecha colaboración con las Fuerzas de Seguridad francesas ha permitido repasar todas las denuncias de las últimas semanas en el sur de Francia por robo del mismo modelo de furgoneta utilizado en el atentado hasta dar con el dueño. Fue el reconocer las llaves, el propietario confirmó que se trataba del mismo vehículo que le robaron el 16 de abril pasado en el departamento de Haute-Vienne, cerca de Limoges.

Las llaves estaban en el primer coche que los etarras usaron para huir, un Peugeot 307 robado el 14 de abril en Berango. Los terroristas lo habían abandonado con una garrafa de gasolina y una botella adosada, a las que habían sumado un dispositivo de iniciación para provocar su incendio.

Sin embargo, el dispositivo falló y los ertzainas encontraron el vehículo intacto y lleno de pruebas, como las propias llaves de la furgoneta o el pasamontañas con el que cubrió su rostro el terrorista que aparcó la furgoneta-bomba a pocos metros de la casa cuartel de Legutiano. Un hallazgo que podría servir para identificar al terrorista a través de su AND.

ETA repite el método utilizado el 10 de septiembre del pasado año en Logroño cuando un fallo en el sistema de ignición evitó que estallase un coche bomba frente a la delegación del Ministerio de Defensa en Logroño. Ese vehículo también había sido robado en Francia, en este caso tan sólo una semana antes. En su interior apareció una huella de Aitezol Iriondo, considerado lugarteniente del jefe de los comandos, 'Txeroki', y sospechoso de haber participado en el doble crimen de Capbreton.