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EUROPA PRESS-LUGO

El presidente del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, reivindicó ayer la necesidad de que el Gobierno central asuma responsabilidades por su gestión de las nevadas caídas el viernes en toda España y, en concreto, exigió la dimisión de la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, a la que acusó de «extender su ineficacia» por «tierra, mar y aire».

Así, reprochó a Àlvarez que en la jornada de ayer estuviese «donde siempre» y la consideró «especialista en organizar el caos». En esta línea, ironizó con que la fama de la ministra «traspasa fronteras» porque es «pionera» en incrementar los problemas y «garantía» de que «el menor de los incidentes acabará convirtiéndose en un gigantesco problema».

Concretamente, aludió a que el viernes se tuviese que cerrar el aeropuerto de Barajas, al que se refirió como «uno de los más importantes del mundo», y consideró «impropio de un país civilizado» que «en pleno año 2009» se cancelasen «cientos y cientos de vuelos» y se «machacasen» los intereses de los ciudadanos.

«Igual en el siglo XV, cuando no había aeropuertos, esto podría pasar», manifestó, y agregó que en la actualidad es «inaceptable» que se cierre la terminal madrileña y se deje a la gente «en la calle», teniendo en cuenta que la española es una de las principales economías del mundo. «Aunque haya alguien empeñado en triturarla», apostilló.

Para el líder de la oposición, esto es la «demostración inequívoca» de la «ineficacia» e «incapacidad» del Gobierno central. «El viernes nevó en España pero Magdalena Àlvarez no lo sabía», bromeó Rajoy en un mitin en Lugo, en donde presumió de haber conseguido llegar a la ciudad lucense «a pesar» de la ministra y del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Experiencia propia

Así, relató su experiencia personal en el aeropuerto de Barajas y contó que su avión a Galicia salió con hora y media de retraso y con la ausencia de 20 pasajeros que «no fueron localizados».

También expuso que la compañía aérea transmitió a los pasajeros que no habían podido meter las maletas en el avión aunque, de forma irónica, celebró que él «afortunadamente» no la llevaba. Todo ello prueba que el Ejecutivo estatal trata a los ciudadanos «a patadas» y, frente a esto, pidió «respeto» para ellos.

Tras culpar de lo ocurrido ayer a la ministra, que tildó de «irresponsable», enumeró algunos ejemplos de su «desprecio» a la sociedad. Entre otros, citó la paralización del Plan Galicia o que «organizó la de San Quintín» con las cercanías en Barcelona o en las obras del AVE a Valencia. «Si te la encuentras por una acera, cámbiate a la de enfrente», sentenció, y se refirió a la ministra como «una pesadilla».

Por todo ello, Rajoy consideró necesaria la salida de Magdalena Àlvarez del Gobierno y censuró la «soberbia» de Zapatero por no cesarla, pese a que el Parlamento lo pidió por mayoría en la pasada legislatura.

EUROPA PRESS-MADRID

Los pasajeros de un vuelo de Iberia con destino a Buenos Aires desde el aeropuerto de Barajas se amotinaron ayer dentro del avión después de que el vuelo hubiera sufrido un retraso de más de 24 horas y la compañía quisiera desalojarles de la aeronave por segunda vez.

El vuelo 6845 de Iberia tenía previsto despegar a las 12.30 horas del viernes, pero retrasó su salida por el temporal. La compañía les informó de que el despegue se efectuaría a las 3.00 horas de la madrugada de ayer. Sin embargo, fueron desalojados de la aeronave una vez que ya habían ocupado sus asientos y el vuelo fue retrasado de nuevo hasta ayer. Este nuevo intento de despegue tampoco tuvo lugar e Iberia pidió una vez más a los pasajeros que abandonaran el avión y esperaran a una nueva comunicación. Este nuevo retraso provocó el enfado del pasaje, que decidió amotinarse en el avión hasta adquirir un compromiso de la compañía aérea.

Según relataron, el comandante del vuelo argumenta que no puede despegar porque necesita descansar durante un periodo de diez horas y media. Así, los pasajeros decidieron no abandonar la aeronave hasta ser recibidos por personal de Iberia.