TW
0
REUTERS-VICTORIA Los tripulantes del atunero vasco Alakrana llegaron en la madrugada de ayer a las islas Seychelles, después de 47 días de secuestro por piratas somalíes en aguas del océano Índico, y relataron cómo sus captores los maltrataron y amenazaron de muerte.

En Puerto Victoria aguardaban algunos de los familiares de los 36 marineros que llegaron a las islas en un avión fletado por el Ministerio de Defensa español, además de miembros del Gobierno y diplomáticos.

«Es un sueño», dijo el patrón del Alakrana, Ricardo Blach, apenas tocó tierra y mientras abrazaba a su hija Cristina.
Blach, para quien éste fue su último viaje antes de jubilarse, contó a los periodistas que los piratas habían tratado muy mal a la tripulación. «Mal, muy mal, peor imposible. A mí el que más. Me veían que era el más entero y había que tratar de hundirme. Me pegaban, me amarraban», afirmó el patrón, que tuvo palabras de agradecimiento para las autoridades.

«Gracias al Gobierno y gracias a todo el mundo que nos han sacado del infierno éste (...) a todas las autoridades, que se han portado de maravilla», dijo Blach.

Uno de los miembros de la tripulación, Wilson Pillate, dijo que los piratas les habían amenazado con dispararles.
«Tenían todo tipo de armas, desde pistolas a Kalashnikovs. Había veces que se volvían salvajes, disparando balas al aire», declaró Pillate. «Un día en particular nos rodearon a todos. Dijeron que nuestros días habían terminado y que nos matarían a todos», agregó.

Los 36 tripulantes del Alakrana fueron puestos en libertad el martes. Según los piratas, la liberación de produjo tras acordarse un rescate de 3'5 millones de dólares. El Gobierno no ha querido pronunciarse sobre el hipotético pago y sostiene que ha trabajado dentro de la legalidad, aunque declaró que ha cooperado con el armador de la embarcación.

«Desconozco la cifra del rescate. El Gobierno lo que ha hecho es apoyar al armador durante toda la negociación y por supuesto buscar vías de entendimiento con el Gobierno de Somalia para facilitar un final feliz», dijo Juan Carlos Martín, secretario general de Política del Mar.