La ciudad de Valencia fue escenario ayer de otra multitudinaria marcha de estudiantes. | Manuel Bruque

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La ciudad de Valencia fue escenario ayer de otra multitudinaria marcha de estudiantes que clamó por la dimisión de la delegada de Gobierno, Paula Sánchez de León, y del jefe superior de Policía, Antonio Moreno, exigiendo que se retiren los cargos contra los detenidos en protestas anteriores.

La manifestación, encabezada por estudiantes pero secundada en esta ocasión por una veintena de colectivos políticos y sociales, reunió a miles de personas que partieron desde el Instituto Lluís Vives de Valencia para reivindicar el derecho a una educación pública de calidad y exigir responsabilidades políticas por la acción policial.

El lema

Bajo el lema «Som el poble, no l'enemic» («Somos el pueblo, no el enemigo»), la marcha transcurrió de forma pacífica y sin apenas presencia policial hasta la sede de la Delegación del Gobierno, donde los estudiantes se encontraron con un grupo de jóvenes que ha comenzado a increpar a la decena de agentes apostados en la puerta del edificio institucional.

Allí se escucharon gritos de «tengo la ESO, ¿dónde está mi pistola?» y «ser policía, vergüenza me daría», que intentaron ser acallados por los portavoces de los estudiantes, Almudena Morales y Alberto Ordóñez, quienes han llamado a la «tranquilidad» mientras alentaban a defender la escuela pública y exigían la anulación de los expedientes sancionadores abiertos contra los detenidos.

Por otra parte, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, acusó ayer al PSOE de «ponerse del lado de la protesta violenta» que «infringe la Ley», Wert hizo ayer esta acusación durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso, en respuesta a una pregunta de la diputada socialista Leire Pajín.