Los portavoces de la Plataforma de Equipos Directivos de Centros de Salud, Alejandro Tejedor (i) y Paulino Cubero (d), durante la asamblea que ha celebrado hoy esta asociación, en el Colegio de Médicos de Madrid, sobre nuevas medidas contra la externalización de 27 centros de salud prevista por el Gobierno de la Comunidad. EFE/Zipi | Zipi

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El sindicato de médicos Amyts y su homólogo de enfermeros SATSE, mayoritarios entre los sanitarios madrileños, han acordado convocar «una huelga conjunta de médicos y personal de enfermería para finales de enero o primeros de febrero», y no descartan que sea «indefinida». Así lo han anunciado tras una reunión de sus ejecutivas celebrada ayer, en la que han manifestado que «se oponen frontalmente» al plan de medidas sanitarias aprobado el pasado 27 de diciembre, que supondrá la privatización de la gestión de seis hospitales y 27 centros de salud en la Comunidad de Madrid.

Teniendo en cuenta la necesidad de comunicar la huelga con, al menos, diez días de antelación para que se puedan acordar los servicios mínimos, la previsión es de que el paro pueda tener lugar «a finales de mes o comienzos del siguiente», ha dicho el portavoz de Amyts, Pablo Martínez.

Paralización

Desde Amyts consideran que «una huelga de médicos y enfermeros juntos sí que puede paralizar de forma absoluta la sanidad», y recuerdan que los médicos y enfermeros, con amplia representación en la Mesa sectorial de Sanidad, «han colaborado históricamente» en otras ocasiones para «alcanzar entre ellos una mayoría» frente a los sindicatos de clase, según la misma fuente. Ambas organizaciones han hecho «un llamamiento al resto de organizaciones para que se sumen a la convocatoria haciendo patente la unidad de los profesionales sanitarios en el rechazo».

Las ejecutivas de SATSE y Amyts se reunirán la semana próxima para determinar la duración de la huelga, que «no descartan que sea indefinida». Ambas organizaciones «lamentan los perjuicios que puedan ocasionarse a la población» y apuntan en una nota que «toman esta medida, absolutamente extrema, ante la obsesión unidireccional del Gobierno de la Comunidad de Madrid por privatizar la gestión de la sanidad pública».