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El Gobierno ha recibido la dimisión del fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, con «absoluto respeto a su decisión» y le ha agradecido su «eficacia y entrega» en defensa de «la legalidad y el orden constitucional», al tiempo que ha destacado que siempre ha actuado con «plena objetividad e independencia».

En un comunicado emitido por el Ministerio de Justicia, el Gobierno recuerda que la decisión de Torres-Dulce se debe a «motivos personales» y ha señalado que los de su mandato han sido «tres años de gran trabajo, con momentos difíciles y de grandes tensiones en los que la Fiscalía siempre ha mantenido su autonomía, desde el rigor y con el máximo respeto a la legalidad».

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Además, le ha agradecido especialmente su colaboración con el Ejecutivo, «velando por el buen funcionamiento de las instituciones» y su papel «en asuntos de gran importancia» para la sociedad, basándose en «los valores democráticos y de respeto al Estado de Derecho».

«Torres-Dulce siempre ha desempeñado sus funciones con una absoluta entrega, demostrando una gran vocación de servicio público, así como una encomiable dedicación al interés general de todos los ciudadanos», añade el texto, en el que el Gobierno agradece «profundamente» a Torres-Dulce el «fiel desempeño» de sus funciones.

Por último, el Ejecutivo le traslada sus mejores deseos para su nueva etapa profesional y personal y anuncia que cuanto antes «se pondrán en marcha los mecanismos oportunos para proceder al nombramiento del nuevo fiscal general del Estado».