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La exconsejera de Presidencia y exportavoz del Govern de Carles Puigdemont, Neus Munté, ha reconocido este martes a preguntas del fiscal en el juicio del 'procés' Jaime Moreno que no sintió miedo de verse envuelta en responsabilidades penales pero sí «respeto» tras ser apercibida hasta en cinco ocasiones por el Tribunal Constitucional (TC) con respecto a distintas decisiones que estaba adoptando el Ejecutivo del que formó parte hasta el 14 de julio de 2017.

Munté ha explicado durante una breve declaración de media hora en la vista que dejó el cargo por motivos de sobrecarga de trabajo y tras una «reflexión personal» con su familia. En dicho momento, el escenario que se contemplaba era el de la búsqueda de diálogo con el Gobierno de Mariano Rajoy para lograr un referéndum pactado, ha manifestado.

A lo largo de su cuestionario, el representante del Ministerio Público ha tratado de revelar una contradicción entre lo dicho este martes por Munté y lo que la testigo manifestó ante el instructor del caso, Pablo Llarena, en el sentido de justificar su cese en un cambio de situación y para evitar incumplimientos de resoluciones del Tribunal Constitucional (TC).

Así, ha señalado que es cierto que antes de dejar su cargo había recibido cinco advertencias del tribunal de garantías, si bien el único escenario que podía intuir era el de la desobediencia, por el antecedente de la condena de desobediencia que se impuso al expresident Artur Mas por la consulta celebrada el 9 de noviembre de 2014. Tenía la percepción de que la situación sería más problemática en el día a día, si bien nunca tuvo la sensación de que se estuviera desobedeciendo, ha puntualizado.

Munté también ha rechazado que se produjera una cadena de dimisiones a raíz de la protagonizada por el que fuera consejero de Empresa, Jordi Baiget, que el expresident Carles Puigdemont explicó en términos de pérdida de confianza.

Igualmente, ha negado conocer el contenido de la agenda incautada al que fuera número dos del exvicepresident Oriol Junqueras, Josep María Jové, que la situaba en varias reuniones celebradas desde principios de 2016 en relación con el «procés» independentista.

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En este punto, ha reconocido que en esas fechas arrancaba la legislatura y las reuniones con otros miembros del entonces Govern eran «frecuentes y constantes».

Preguntada si en alguna de estas reuniones se habló de cuál sería la acutación de los Mossos d'Esquadra en el caso de convocarse un referéndum, Munté ha señalado que siempre se habló, y así lo trasladó a los medios de comunicación como portavoz que «responderían como autoridad judicial a cualquier mandato que les hiciera un juez». Ha añadido que las preguntas de los medios de comunicación sobre este asunte le sorprendían «pero tenía que dar una respuesta, no solo la que considerara oportuna, sino la cierta».

REUNIÓN CON URKULLU

A preguntas de la defensa del exconseller Josep Rull, Francesc Homs, Munté ha afirmado que estuvo presente en parte de una de las reuniones que Puigdemont mantuvo con Urkullu, en la que el expresidente le pidió que intercediese para conseguir un «acuerdo político» con el Gobierno de Mariano Rajoy para celebrar el referéndum.

Tras preguntarle que cuál era la intención del expresidente catalán, el presidente del tribunal, Manuel Marchena, ha recordado que hay que interrogar sobre su percepción y no la de otros. «Percibí una voluntad sincera de conseguir un acuerdo con el Estado», ha indicado al respecto.

Finalmente, sobre los hechos acontecidos el 20 de septiembre durante el registro en la Consejería de Economía, Munté ha dicho que estuvo en la protesta y que allí sólo vio «personas serenas» y ejerciendo una «protesta legítima».

También ha asegurado que presenció las intervenciones que hicieron los líderes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, respectivametne, cuando se dirigieron a los manifestantes y que se limitaron a pedir «tranquilidad y civismo». «No vi ningún altercado y no hubo ninguna llamada que no fuera a la serenidad y tranquilidad», ha apuntado.