Eduard Sallent, nuevo jefe de los Mossos d'Esquadra.

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Tras dar por acabada la «normalización» posterior al 155, la Generalitat abre una nueva etapa en los Mossos al situar al frente a Eduard Sallent, un comisario sin trayectoria en la cúpula que releva a Miquel Esquius cuando éste no llevaba ni un año, en un nombramiento que ha causado sorpresa en el cuerpo.

Acompañado por el propio Sallent y el director de los Mossos d'Esquadra, Andreu Martínez, el conseller de Interior, Miquel Buch, ha comparecido esta mañana en rueda de prensa para anunciar el relevo, que poco antes había comunicado a la cúpula policial en la sede central de la policía catalana en Sabadell (Barcelona).

En ese acto, precisamente, se ha proclamado comisario a Eduard Sallent, hasta ahora responsable del área de Información de los Mossos y que sustituye a Miquel Esquius designado hace menos de un año como jefe de la policía catalana, tras el cese de Ferran López, que ocupó ese cargo en la etapa del 155.

Buch ha vinculado el nombramiento de Sallent a la necesidad de poner fin a la fase de transición que lideró Esquius, en su misión de «normalizar» a los Mossos y recomponer sus relaciones con la judicatura y los otros cuerpos policiales, tras los meses del 155 y las «dificultades» que la policía catalana atravesó por las derivas judiciales de su papel en el «procés».

El nombramiento de Sallent ha cogido por sorpresa a buena parte del cuerpo, no solo porque no se esperaba un relevo tan pronto en la jefatura, donde Esquius había trabajado por mantenerlos al margen de la brega política, sino también por su procedencia: es la primera vez que el máximo mando de la policía catalana accede al cargo sin una trayectoria previa como comisario.

Según fuentes sindicales, al asombro ha seguido un cierto temor entre algunos sectores del cuerpo de que el relevo vuelva a situar a los Mossos d'Esquadra en el punto de mira, a pocos meses de un otoño que se espera caliente en movilizaciones callejeras si el Tribunal Supremo acaba por condenar a los líderes independentistas.

La carta de despedida que el propio Esquius ha enviado hoy a los 17.000 agentes del cuerpo no ha contribuido a despejar esos recelos: el hasta ahora jefe de los Mossos -quien no ha comparecido junto a su sucesor en la rueda de prensa de Buch- revela que su destitución se le comunicó por «sorpresa» el pasado miércoles y aprovecha para defender la «neutralidad política» de la policía catalana.

No falta quien vincula la destitución de Esquius al malesta suscitado entre ciertos sectores de la Prefectura de los Mossos la decisión del Departamento de Interior de crear una nueva Área de Seguridad Institucional (ASI) para prestar servicio de escoltas, bajo el control funcional de la Presidencia de la Generalitat.

Sallent, situado en la órbita nacionalista, ha escalado a la jefatura de los Mossos tras 22 años de carrera en el cuerpo, en el que ha sido subjefe de la comisaría general de Información y responsable de la comisaría general de Relaciones Institucionales y ha ejercido de profesor en Derechos Humanos y Deontología en la Escuela de Policía.
También ha formado parte de misiones internacionales dirigidas por la ONU y el Consejo de Europa.

Con 47 años y una licenciatura en Filosofía, Eduard Sallent dirigía hasta ahora la comisaría de Información de los Mossos d'Esquadra que comandó hasta 2018 el histórico comisario Manel Castellví, el primer mando policial que abrió fuego en el juicio del «procés» para desmarcar a los Mossos del Govern, al que aseguró intentaron disuadir de seguir adelante con el 1-O.

Por su trabajo en la comisaría de Información, Sallent, cuyos colaboradores destacan sus aptitudes y su capacidad de trabajo, ha mantenido frecuente relación con mandos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, con motivo de los informes de inteligencia que los cuerpos policiales ponen en común, en cuestiones como el terrorismo o el crimen organizado.