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La repetición electoral para el 10 de noviembre parece cada vez más posible ante el nuevo bloqueo en la negociación entre el PSOE y Unidas Podemos, que siguen enrocados en sus respectivas posiciones y se culpan mutuamente de la falta de acuerdo, aunque ninguno quiere ser el que dé por roto el diálogo.

Cuando quedan trece días para que se cumpla el plazo legal para que haya investidura o se disuelvan las Cortes y se convoquen nuevos comicios, las conversaciones entre los equipos negociadores de ambos partidos han vuelto a encallar.

Podemos sigue reclamando un Gobierno de coalición, y los socialistas rechazan esa fórmula que no fructificó en julio y apuestan por el acuerdo programático.

Y aunque ambos equipos han subrayado el buen tono del diálogo -no lo hicieron entonces-, se han echado en cara este nuevo fracaso.

Primero ha sido el secretario de Acción Política de Unidas Podemos, Pablo Echenique, quien al acabar la reunión ha asegurado a los medios de comunicación que el equipo socialista les ha exigido que acepten el Gobierno en solitario o, de lo contrario, se levantarían de la mesa.

Según Echenique, el PSOE «no se mueve de su planteamiento de formar un Gobierno de partido único» e «íntegramente ocupado por ministros y ministras socialistas», un «error» que, ha recalcado, «aboca definitivamente al país a elecciones anticipadas». Y ha pedido a los socialistas que rectifiquen.

Sin embargo, para la número dos del PSOE, Adriana Lastra, será Podemos el que aboque a nuevos comicios si sigue en su planteamiento de una coalición y no quiere negociar un acuerdo programático.

Según Lastra, su partido ha constatado que «no hay una vía para alcanzar un acuerdo» porque Unidas Podemos «se ha negado en todo momento a un acuerdo programático y de gobernanza para este país» y por eso «hoy por hoy» no ven salida a esta situación.
Ha recalcado, no obstante, que los socialistas están dispuestos a seguir negociando y no quieren levantarse de la mesa, pero ha insistido en que hay que partir del diálogo sobre el programa y ha reiterado que no aceptan hablar de coalición.

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De esta forma se ha interrumpido un diálogo que ninguna de las partes da por roto, aunque tanto Echenique como Lastra han llamado al equipo contrario a que reflexione y rectifique, con lo que no hay visos, por el momento, de que vaya a haber nuevo contacto.
En Unidas Podemos la sensación que queda de la reunión es que el equipo socialista quiso desde el primer momento dejar hoy claro que no hay posibilidad de acuerdo si no renuncian a la coalición, según fuentes de la negociación.

La formación morada insiste en que no se puede pensar que Podemos vaya a aceptar unas condiciones peores que las que se ofrecieron en julio.

Pero en el PSOE son también tajantes en su argumento: le ofrecieron a Podemos la coalición en julio y la rechazó, y ya avisaron entonces que la oferta moría con la investidura fallida.

Fuentes de la negociación socialista insistían además en que no están haciendo cálculos electorales y subrayaban qué interés puede tener en unos nuevo comicios el partido que ha ganado claramente las dos últimas citas con las urnas: las generales de abril y las autonómicas, europeas y municipales de mayo.

Lo que no han querido hacer ni de un lado ni del otro es dar por rotas las negociaciones o verbalizar que el fracaso es definitivo.

Pero tampoco parece que nadie, por el momento, vaya a llamar a nadie, y ni siquiera se contempla en este momento un contacto o reunión de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para intentar desencallar la situación.

En cualquier caso, los días pasan y cada vez es menor el margen para pactar y poder celebrar un nuevo debate de investidura, porque el 23 de septiembre vence el plazo legal para que haya investidura -justo dos meses después del primer intento fallido-, aunque hasta ese mismo día se puede votar la elección del presidente del Gobierno en el Congreso.
Si finalmente hubiese investidura que tuviese que salir adelante en segunda votación, y si se apurasen los plazos hasta el final, el último día posible para que comenzase el pleno sería el 20.

Y en este día en el que las negociaciones están casi rotas se han reanudado los plenos en las Cortes y pocos han eludido hablar, de un modo u otro, de la situación de bloqueo.
También los ministros de Sánchez. En el Senado, la ministra de Economía, Nadia Calviño, volvía a pedirle al PP su abstención para que la investidura salga adelante. «Dejen que gobernemos», decía por su parte el titular de Interior, Fernando Grande Marlaska, en otra respuesta a los populares.

Y la ministra de Hacienda y miembro del equipo negociador socialista, María Jesús Montero, justificaba que el Gobierno no pueda aprobar los anticipos a cuenta a las comunidades autónomas por estar en funciones.