El líder de Vox, en una imagen de archivo. | Efe

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¿Dónde está el límite? La formación ultraderechista Vox ha generado con toda intención la enésima polémica sobre los flujos migratorios a los que España, como otros países de su entorno, está sometido. Esta vez, los de Santiago Abascal han optado por rizar el rizo, aunque posiblemente con ello hayan franqueado peligrosamente una línea roja, al publicar en Twitter la imagen de una de las víctimas del atentado yihadista de la Rambla de Barcelona, el día en que se cumplían 3 años de aquella trágica tarde en la que una furgoneta blanca sembró el pánico en la Ciudad Condal.

El partido de extrema derecha acompaña la fotografía de un niño tendido en mitad de la vía pública en la capital catalana con la de Aylan Kurdi, el niño sirio muerto en la orilla de una playa, una imagen que en su día se convirtió en icónica para denunciar el drama humanitario en el Mediterráneo, derivado del éxodo de miles de personas como consecuencia del conflicto civil en aquel país de Oriente Medio.

En este contexto, Vox carga contra los llamados «medios e influencers progres», a los que acusa de obligar a olvidar la muerte del niño español, mientras se ocupan de que el drama de Aylan perviva en las conciencias colectivas.

Después de esto deslizan su acostumbrada propaganda en materia de inmigración, aunque a algunos, atendiendo a los comentarios generados en las redes sociales, les resulta difícil atender a sus argumentos, partiendo de la base de la que se parte: haber expuesto públicamente la imagen de una víctima del terrorismo, para más inri menor de edad, algo que informativamente no aporta nada.