El Pequeño Nicolás. | Europa Press

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Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido como el Pequeño Nicolás, será juzgado por cuarta vez la próxima semana, en este caso acusado de simular que era asesor del Gobierno ante un empresario al solicitó dinero a cambio de una intermediación, unos hechos por los que la Fiscalía pide para él seis años de cárcel. La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid juzgará el próximo martes y miércoles al Pequeño Nicolás, en el que es el cuarto juicio al que se enfrenta desde que fue arrestado en 2014 acusado de hacerse pasar por colaborador del Gobierno y de la Casa Real.

En 2018 fue juzgado y absuelto de un delito de injurias y calumnias al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), en una sentencia que confirmó la audiencia provincial, y en 2021 fue juzgado y condenado por hacerse pasar por un cargo relacionado con la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real en un viaje a Ribadeo (Lugo) y por falsificar un DNI para que un amigo se hiciese pasar por él en la prueba de selectividad de 2012. Por ahora está condenado a tres años de cárcel y a un año y nueve meses, respectivamente, aunque ha recurrido ambos fallos.

La próxima semana se sentará en el banquillo acusado de simular en 2014 que era asesor del Gobierno ante el empresario Javier Martínez de la Hidalga, a quien solicitó dinero a cambio de una intermediación. La Fiscalía pide para él seis años de cárcel por un delito continuado de falsedad en documento oficial, de usurpación de funciones públicas y de estafa, aunque en este último concurre al atenuante de reparación ya que devolvió una cantidad. El acusado ha negado en instrucción que estafara al empresario y de hecho sostiene que el supuesto perjudicado ya aclaró que no hubo engaño. Según el relato del fiscal, que coincide además con el atestado policial elaborado por la comisión judicial nombrada en su día por Arturo Zamarriego, el juez que inició la instrucción, el Pequeño Nicolás se presentó en 2014 ante el empresario Javier Martínez de la Hidalga como "intermediario del Gobierno de España" que podía facilitarle la venta de una finca en Toledo -La Alamedilla-, para lo que le solicitó 300.000 euros.

El acusado hizo también creer al empresario que se iba a proceder de manera inminente a un embargo de Hacienda sobre sus cuentas y las de su familia, y que para evitarlo debía colaborar en una supuesta investigación del Gobierno sobre un funcionario de Hacienda. Para la Fiscalía está claro que el Pequeño Nicolás, "con ánimo de obtener un ilícito beneficio económico", se aprovechó de esta situación e ideó un plan para apoderarse de los activos financieros del empresario y de su esposa, que ascendían a más de 500.000 euros.

Para hacer creíble que trabajaba para el Gobierno, el Pequeño Nicolás alquiló vehículos de alta gama, se hizo con "un lanza destellos tipo policial para colocarlo en los vehículos" y elaboró varios documentos oficiales con anagramas y otros logotipos de Presidencia del Gobierno o de la Casa Real. Asimismo publicó en su perfil de Facebook varias fotografías en las que aparecía con personalidades de la política y del mundo empresarial, como en la recepción del rey Felipe VI el día de la coronación. Así convenció a Martínez de la Hidalga de que iba a ser embargado, y el empresario acudió el 10 de octubre con Gómez Iglesias a la sucursal de un banco situada en la calle de Ortega y Gasset, donde el director, sospechando de lo que contaban, no accedió a abrir una cuenta a nombre del joven para que el empresario le transfiriese dinero. Pero finalmente Javier Martínez de la Hidalga sacó 25.000 euros de la cuenta de su mujer mediante un cheque que el banco hizo efectivo en dos sobres, uno de ellos con 10.000 y otro con 15.000 euros, y al salir del bando se los dio al Pequeño Nicolás porque éste dijo que los guardaría en un lugar seguro. Tres días después Martínez de la Hidalga pidió a Francisco Nicolás que le devolviera el dinero y éste le hizo entrega de 10.000 euros, argumentando que posteriormente le devolvería los otros 15.000. Más adelante pagó este dinero al empresario.

Según la Fiscalía, el 13 de octubre de 2014 el empresario fue informado por la Policía de que podía estar siendo víctima de una estafa. Un día después Gómez Iglesias fue detenido e incautados varios documentos con apariencia oficial y que había elaborado él mismo, y ahí hizo pública la figura del Pequeño Nicolás.