La mejora, señala el FMI en su informe, es reflejo de los efectos de las fuertes subidas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo y de que los precios mayoristas de energía están más bajos de lo esperado al haber almacenado suficiente gas para que la escasez sea poco probable este invierno. También se debe a las políticas fiscales y sociales llevadas a cabo por los gobiernos, como los controles de precios de la energía o las transferencias de efectivo. La Unión ha aportado alrededor del 1,2 % de su PIB (de su costo presupuestario neto) a los hogares y las empresas afectadas por la crisis energética, recuerda el FMI.
Empeora, pero crece
España es la única de las cuatro economías principales (las únicas que detalla el FMI) que empeora su previsión, aunque seguirá siendo la que más crezca, el 1,1 % en 2023 (una décima menos de lo calculado en octubre) y el 2,4 % en 2024 (dos décimas menos). Su crecimiento de 2022 ha sido mejorado considerablemente hasta el 5,2 %, seis décimas más de lo estimado previamente. Esta cifra es menor a la ofrecida por el Gobierno, que anunció la semana pasada que la economía española cerró 2022 con un crecimiento del 5,5 %, la misma tasa que el ejercicio anterior, a pesar de que todas las previsiones apuntaban a una desaceleración de la economía debido a un contexto de gran incertidumbre marcado por la guerra en Ucrania.
El dato, explicó en un encuentro con medios la subdirectora del Departamento de Investigación del Fondo, Petya Koeva, no ha sido tenido en cuenta para las previsiones de 2023, que avisan de una fuerte caída de la economía española: "Estoy segura de que nuestros compañeros lo mirarán de cerca y lo tendremos en cuenta cuando se haga la próxima previsión que tenemos para España, destacó. Con las nuevas previsiones del FMI, Italia y Alemania no registrarían números rojos este año, como estaba previsto. Italia crecerá el 0,6 %, ocho décimas más de lo antes estimado, y Alemania el 0,1 %, cuatro décimas más. Las previsiones para Francia no han cambiado y este año crecerá el 0,7 %, mientras que en 2024 se recuperará hasta el 1,6 %, igual que Alemania (1,4 %) e Italia en menor medida (0,9 %). Fuera de la Unión Europea destaca el Reino Unido que, tendrá un decrecimiento del -0,6 % en 2023, con una revisión a la baja de nueve décimas con respecto a octubre, reflejo de políticas fiscales y monetarias y condiciones financieras más estrictas y de los precios minoristas de la energía todavía altos, que pesan sobre la economía doméstica.
Influencia de Rusia
La posible escalada de la guerra en Ucrania sigue siendo una fuente importante de vulnerabilidad, particularmente para Europa. Así, aunque este año los precios del gas son inferiores a los previstos ya que Europa ha almacenado suficiente gas para que la escasez sea poco probable este invierno, volver a llenar el almacenamiento con flujos rusos muy disminuidos antes del próximo invierno será un desafío. El FMI ha ajustado también sus perspectivas de crecimiento para Rusia y las ha subido considerablemente. Así, la economía rusa crecerá en 2023 el 0,3 %, 2,6 puntos más de lo estimado, y en 2024 el 2,1, seis décimas más. Esto se explica, señaló el director de investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI), Pierre-Olivier Gourinchas, porque sus ingresos por exportaciones a lo largo del año pasado, e incluso hasta este momento, siguen siendo bastante altos, pese a los topes impuestos, aunque hay mucha incertidumbre en torno a esto. En segundo lugar, hubo un fuerte estímulo fiscal en Rusia el año pasado. Rusia ha estado suspendiendo sus reglas fiscales y expandiendo el gasto fiscal, y eso también ha ayudado a respaldar la actividad económica, añadió.
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