La menor inflación contribuirá al avance de las rentas reales, aunque se prevé un peor desempeño del consumo de los hogares por las mayores dificultades para acceder al crédito, según el informe trimestral de la entidad que recoge la actualización de las proyecciones macroeconómicas para el periodo 2023-2026.
Aún así, el Banco de España afirma que el gasto de las familias seguirá siendo el principal motor de la economía junto con la inversión, que se verá impulsada por la mayor tracción de los proyectos vinculados a los fondos europeos, en un contexto de un mercado laboral «relativamente dinámico». Por el contrario, la aportación de la demanda exterior (exportaciones e importaciones) será negativa en 2024 por la recuperación de las importaciones y la ralentización de las exportaciones de servicios turísticos, de forma que restará 0,4 puntos porcentuales al crecimiento frente a la contribución positiva de 2 puntos de la demanda interna (consumo e inversión).
La entidad advierte de que la escalada de los conflictos bélicos en Gaza y en Ucrania constituye el principal riesgo a la baja sobre las nuevas proyecciones, junto con una desaceleración de la economía china más pronunciada de lo esperado y un mayor impacto del endurecimiento de la política monetaria. En el ámbito nacional señala las dudas respecto a la retirada de las medidas desplegadas para hacer frente a la crisis energética, ya que la eventual prórroga de las relativas a los precios de la energía provocaría un repunte de la inflación en el momento de su expiración, así como un lastre para la actividad.
Mejora una décima el crecimiento previsto para 2023
El crecimiento del PIB en el presente ejercicio mejora una décima debido al efecto positivo de la revisión al alza que hizo el Instituto Nacional de Estadística (INE), hasta el 2,4 %, lo que supone una significativa ralentización respecto a la tasa de 2022 (5,8 %). La entidad prevé que la inflación media se reduzca este año al 3,4 %, dos décimas menos de lo estimado en septiembre, en tanto que la inflación subyacente (sin energía ni alimentos frescos) será del 4,1 %.
Los indicadores disponibles para el cuarto trimestre sugieren que el PIB habría avanzado un 0,3 % trimestral, igual que en el tercero, en tanto que de cara a los próximos trimestres el crecimiento de la actividad tenderá a estabilizarse en tasas «ligeramente superiores», según el informe. Respecto a los años siguientes, el ritmo de avance del PIB alcanzará el 1,9 % en 2025 y en el 1,7 % en 2026, una evolución que la entidad ve coherente con el impulso procedente de los fondos europeos y la recuperación de la economía europea, junto con la moderación de la inflación general, para la que el Banco de España prevé tasas promedio del 2 % en 2025 y del 1,9 % en 2026.
También contribuirá que el impacto negativo de la subida de los tipos de interés alcanzará su pico en 2024, lo que apoyará la aceleración de la economía en el bienio siguiente. La tasa de paro caerá al 12,1 % en 2023 y mostrará una leve senda descendente hasta situarse en el 11,3 % en 2026. El déficit público cerrará en el 3,8 % del PIB en 2023, se reducirá al 3,4 % en 2024 (por encima del 3 % comprometido por el Gobierno con Bruselas) y repuntará al 3,6 % en 2025 y 2026.
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