El pequeño comercio vive una de sus peores campañas de Navidad. | E. QUEIROLO

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«Pago un alquiler de 2.000 euros, el sueldo de 1.500 euros de una empleada y he hecho 50 euros de caja». El testimonio de la propietaria de un pequeño comercio de Palma escenifica el «drama» del sector. Las ventas de esta campaña de Navidad, que se inició con la celebración del Black Friday a finales de noviembre, son entorno a un 60 % inferiores a las del año pasado por estas fechas. Así lo indicaron ayer e presidente de Pimeco, Antoni Fuster; y el vicepresidente de Afedeco, Miguel Ángel Salvá.

Los comerciantes no prevén un repunte de ventas en los próximos días, especialmente tras las nuevas restricciones para frenar la expansión del coronavirus en Mallorca. «Si la gente no se puede tomar un café en un bar o ir a comer a un restaurante aún vendrá menos al centro de Palma», comentó Salvá. Sin embargo, la situación del pequeño comercio no es atribuible a estas limitaciones. Hace meses que acusan la mayor caída de ventas del Estado y su actividad no se ha reactivado esta Navidad.

Moda

El sector de ropa, calzado y complementos es el peor parado, según indicó el presidente de Pimeco, quien reconoció que la evolución es ligeramente mejor en el caso de productos tecnológicos, como los relacionados con la informática o los televisores. En cuanto a los juguetes, cifró la caída de ventas en el 50 %, aunque la campaña fuerte de este sector comienza en las próximos días y finaliza a principios de enero.

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El vicepresidente de Afedeco indicó que las ventas han bajado entre un 40 y un 60 % respecto a un año antes con un 30 % de negocios menos, que ya han desaparecido. Los carteles de ‘se traspasa' y ‘liquidación por cierre' no han hecho más que proliferar desde el inicio de la pandemia. «Jamás había visto siete locales vacíos en la calle Sant Miquel de Palma», expresó preocupado. Advirtió, asimismo, que «lo peor está por llegar». «A corto plazo» cerrarán entre un 10 y un 15 % más de pequeños y medianos comercios, pronosticó.

Salvá fue muy crítico con el equipo de gobierno del Ajuntament de Palma por «la falta de empatía» con el sector. «Sentados en su despacho no saben qué ocurre en la calle», lamentó, al tiempo que envidió la iniciativa del Ajuntament de Manacor de poner a disposición de los ciudadanos vales de compra para incentivar el comercio local.

Esta falta de actividad se ha traducido en «nula contratación», señalaron desde ambas patronales. «No podemos reactivar la economía si no hay consumo», manifestó Fuster. «Los ERTE se convertirán en ERE en febrero», lamentó Salvá.

Los representantes del pequeño comercio son conscientes del auge que vive el comercio electrónico en las Islas. «No vamos a juzgar a nadie, pero sí que apelamos a la conciencia de los ciudadanos a favor de una economía más local», concluyó Fuster.