Las primeras labores, las de preparación de la zona con catas y traslado de material, comenzarán esta misma semana y la que viene ya se empezará a cavar para sustituir la red de fibrocemento por una de polietileno. La idea, según Perpinyà, es realizar la mayor parte de la obra en el costado derecho de la calle, en sentido de bajada, porque es por ahí por donde pasa la tubería principal, aunque en algunos puntos se tendrá que atravesar la vía hacia la izquierda para poderla conectar con las viviendas y locales de ese lado.
En todo caso la circulación por la calle, una de la más transitadas de Palma, está garantizada porque se respetará el acceso a los comercios y viviendas, así como el paso de peatones. Sí que se verán perjudicadas, aunque los responsables esperan que sea el menor tiempo posible, las terrazas de los bares. Precisamente por tratarse de una zona «especialmente sensible», el presidente de Emaya apuntó que se han mantenido diferentes reuniones con las patronales para explicar el proyecto y que se ha informado a comerciantes y vecinos de la zona. La empresa municipal se ha comprometido, igualmente, a realizar las obras con «el mínimo impacto posible».
Perpinyà justificó la actuación que calificó de «imprescindible» por la antigüedad y por las diversas incidencias de la red, que ha sufrido 11 reparaciones en los dos últimos años, dejando sin suministro a unos 4.000 vecinos durante algunas horas. De hecho, informó el responsable municipal, desde una avería en agosto del año 2020, se ha tenido que bajar la presión del agua, lo habitual es que circule a cuatro atmósferas y ahora está en dos, para evitar más fugas en las conducciones.
El apunte
Los trabajos pararán en Semana Santa
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