El director del Máster en Asesoría, Gestión y Promoción Inmobiliaria de la Universidad de Barcelona, Gonzalo Bernardos, ha alertado de que el mercado inmobiliario «va acelerado, sobre todo en Madrid, Málaga y Palma», ciudades que, a su juicio, corren peligro de sufrir una «burbuja especulativa» en 2024. El mercado de la vivienda en España, que en el primer trimestre del año no ha notado las consecuencias de la guerra de Ucrania, se prepara para una posible ralentización entre abril y junio, que dependerá de factores como la subida de los tipos de interés, la inflación y la duración de la guerra. «Lo normal es que se ralentice en el periodo de abril a junio», ha confirmado Gonzalo Bernardos, profesor de Economía y director del Máster en Asesoría, Gestión y Promoción Inmobiliaria de la Universidad de Barcelona, en la presentación del informe anual de Engel & Völkers.
Bernardos ha explicado que lo que más puede perjudicar al residencial español en 2022 es que la Unión Europea (UE) deje de comprar gas y petróleo a Rusia -lo que mantendría desbocada la inflación- y que suban los tipos de interés por encima del 1 % en el segundo trimestre. «Si los tipos solo suben al 0,75 % o 1 % este año va a ser magnífico», ha asegurado el economista, que calcula que en ese caso y con una guerra «corta», sin que la UE deje de comprar petróleo y gas a Rusia, el sector puede cerrar 2022 con una subida media de precios del 10 % y un incremento de transacciones del 15 %, lo que supondría unas 750.000 viviendas vendidas, acercándose al máximo histórico de 950.000 en 2006.
Burbuja especulativa
Bernardos, que sitúa en abril de 2021 el inicio del nuevo «boom» inmobiliario en España, ha señalado que «tal y como ha ido en el primer trimestre, el mercado va acelerado, sobre todo en Madrid, Málaga y Palma», las tres ciudades que, a su juicio, corren peligro de sufrir una «burbuja especulativa» en 2024. Para impedirlo, considera imprescindible incrementar a buen ritmo la oferta de vivienda nueva y de suelo disponible, para dar respuesta a la gran demanda internacional, y que los tipos suban al 2 % en 2023 y al 3 % en 2024. Respecto al impacto del encarecimiento de los costes de construcción en las empresas promotoras de vivienda, este experto opina que «lo podrán soportar» y que no se pararán promociones.
«Si los costes representan un 30 % y el precio aumenta un 10 %, ellos lo pueden soportar sin problema. No van a ganar más, pero el aumento de costes no va a hacer que una promoción no sea viable», ha argumentado. Tras advertir de que lo que les va a «impactar mucho» en los costes es la escasez de mano de obra, Bernardos se ha mostrado convencido de que, no obstante, 2022 será un «muy buen año» para los promotores, debido a la alta demanda. Ha recordado además que este año «ni hay recesión ni bajará el empleo», sino que, al contrario, «está subiendo el empleo y la calidad del mismo, lo que al mercado inmobiliario de provincias le va muy bien». En esa línea, ha recalcado que a la alta «demanda de mejora, de extranjeros, de inversión y de costa» se va a unir este año una «demanda de primer acceso a la propiedad muy potente».
4 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Alquilar una habitación en Palma te pueda costar un máximo de 500 mes. Dublin 500 cada semana. Nuestros precios en comparación con los principales países europeos están por los suelos.
Pues por que no lo estáis contando, que si no pensaría que eso es imposible en Palma...
Antonio Bibilonipues se equivoca usted, no guarda tanta relación como se piensa con la cantidad de suelo urbano, es decir con la oferta de inmuebles. Tiene que ver con lo fácil que sea conseguir el dinero. El precio de las viviendas señores, es directamente proporcional a la facilidad con la que se consigan los créditos hipotecarios. Recuerdo perfectamente en la burbuja de 2007 que pregunté a bastantes vendedores... ¿cuanto vale? y me contestaron ¿ cuanto te deja tu banco, 40 millones? pues vale 40 millones (en pesetas). Por otro lado, se quiere hacer accesible la vivienda haciendola cada vez más pequeña ! y lo único que consiguen es hacerla más y más cara; cuanto más pequeña, mayor el precio del metro cuadrado; y siendo más pequeña también tiende a convertirse en infravivienda (ahora Palma con su nuevo PGOU quita por ejemplo la obligación de lavadero). La solución, todo lo contrario, las viviendas deberían ser más grandes, si bien no nos engañemos los precios acabarían siendo los mismos,al menos viviriamos en hogares más cómodos y polivalentes por el mismo precio.