El arquitecto Elías Torres. | M. À. Cañellas

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Este viernes se inaugura en la sede del Col·legi Oficial d’Arquitectes de les Illes Balears (COAIB) la exposición de los dibujos de los arquitectos Elías Torres y José Antonio Martínez Lapeña, del estudio Martínez Lapeña–Torres Arquitectes. Se trata de una colección de dibujos escaneados que ya se publicó en el libro José Antonio Martínez Lapeña/Elías Torres, de la editorial Lampreave. Torres es coautor de los proyectos de reforma del Baluard des Príncep y del nuevo Passeig Marítim.

¿Qué se podrá ver en la exposición que inaugura este viernes?
— Son copias de nuestros dibujos. Fue organizada por el Colegio de Arquitectos de Cádiz y ha pasado por Eivissa y ahora por Mallorca. Son copias de nuestros dibujos y aunque los enviamos desde Eivissa el día 7, hoy [por ayer] aún no ha llegado. Es una vergüenza, si lo sé me los traigo en el avión.

¿Qué importancia tiene el dibujo en el proyecto arquitectónico?
— Antes, si no sabías dibujar no te podías licenciar en Arquitectura. El dibujo sirve para entender cosas nuevas.

¿Ha cambiado mucho su profesión en estas décadas?
— Si no estimas tu trabajo como arquitecto es difícil porque la burocracia lo ha complicado todo. Antes, por una caseta de 60 metros cuadrados en Eivissa bastaban seis planos. Ahora se necesitan más de 60 para una obra similar. Todo se ha legislado para que no piensen que les buscan los defectos. Somos responsables de lo que somos responsables. En Formentera se necesitan dos años y medio para aprobar un proyecto. Esto es una vergüenza: la gente debería tener menos miedo.

¿Considera que la reforma del Passeig Marítim es uno de sus grandes proyectos?
—Supondrá conducir por una zona con más árboles y con aceras más amplias. Todo eso será el Passeig Marítim.

Supone un cambio muy importante para Palma.
— El Passeig es muy largo, de 3,5 kilómetros, pero no significa que sea más complejo. Es la obra más importante de Palma desde el punto de vista paisajístico. El Passeig se ha ido haciendo por acumulación y en este caso se va a llevar a cabo una reconsideración. Se van a añadir elementos que en aquel momento no eran protagonistas. Es un paseo construido sobre el mar, en el que hay que plantar, sacar los restos, los rellenos que no tienen nada que ver con el crecimiento de un árbol. Está previsto cambiar el subsuelo para la plantación de los arbustos.

Es el responsable de la rehabilitación de las murallas, entre ellas la zona de es Baluard des Príncep, un proyecto que se ha alargado ya varias décadas.
— Han sido cuarenta años de trabajo. Y ha habido agujeros según quien haya gobernado. Empezamos en Ses Voltes, cuando era alcalde Ramón Aguiló y ya se había dibujado el proyecto en 1983.

Ahora está ya casi en su punto final es Baluard del Príncep.
— La empresa ha parado la obra. También está el tema de la inflación del material de construcción. Un lunes el hierro valía tanto y al jueves cuesta el doble. Hay una situación de aprovechamiento escandalosa. Estos precios le va estupendo a alguien en este país. Aunque en esta obra no es el problema principal. Ya debería estar acabada desde el pasado junio.

¿Considera que se alargan demasiado los plazos en obras de esta envergadura?
— En una obra, en el proceso del encargo, el proyecto y el concurso se tarda una media de cinco o seis años. Si contamos lo que tardan los ayuntamientos en dar una licencia, es una pesadilla.