El aire acondicionado es vital para poder soportar el verano. | Teresa Ayuga

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El pasado 24 de julio, en el interior de una vivienda de La Soledat sur se alcanzaron los 32,1 ºC, cuando en el exterior había 35 ºC, según la estación meteorológica del aeropuerto gestionada por la Aemet. Las olas de calor de 2022 se cuelan en los hogares más vulnerables de Palma. Se trata de un dato aislado, pero muy ilustrativo. El estudio, que se está ampliando por todo el barrio, es un proyecto de Model de Ciutat, que está colocando dispositivos de monitorización en viviendas de este barrio. El objetivo es analizar los efectos del cambio climático en La Soledat y conocer sus necesidades para ayudar a combatir sus consecuencias y reducir el consumo de energía.

La pobreza energética no solo se refiere a la dificultad de calentar un hogar en invierno: también hay problemas para mantener fresca una vivienda en verano entre los colectivos más vulnerables. La Soledat está bajo la lupa ya que «es el ejemplo demostrativo del sur de Europa, donde se desarrollarán rehabilitaciones energéticas y la mejora del entorno para combatir el cambio climático», explica Biel Horrach, director general de Urbanisme.

Palma participa junto a otras cinco ciudades europeas en el proyecto europeo ARV, y también en el proyecto H2020 JustNature, que tiene el objetivo de renaturalizar las ciudades. El equipo del Ajuntament de Palma que impulsa estos proyectos está formado por profesionales de diferentes perfiles: Marta Nicolau, educadora social; Silvia Rubio, arquitecta técnica; el ambientólogo Antoni Llabrés, la politóloga Mar Saurina y la ingeniera industrial Penélope Suárez.

Un equipo interdisciplinar especializado en la rehabilitación social y arquitectónica de La Soledat. Ahora mismo está llevando a cabo un estudio de las viviendas que tienen más urgencia para adaptarse al cambio de temperaturas. Su sede física será la antigua comisaría de policía de La Soledat, que acogerá Es Laboratori- Col-Laboratori Ciutadà per a la Transició Energètica pero el equipo ya está dinamizando el barrio.

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Un equipo de expertos trabaja para mitigar el cambio climático en el barrio.

«Se trabaja con los residentes en diferentes ámbitos como la rehabilitación energética de los edificios, crear comunidades de energía o conseguir autoconsumos compartidos. Se les ayuda a entender la factura eléctrica y cómo reducir su consumo, por ejemplo», señala Mar Saurina. «La idea es mejorar la calidad de vida de los residente de La Soledat», añade.

Para combatir los efectos de la isla de calor, «acompañaremos o colaboraremos con los propietarios de los edificios para que puedan pedir ayudas de los fondos Next Generation para su rehabilitación», explica Marta Nicolau. La subvención, según los ingresos del demandante, puede llegar en algún caso al 100 por cien del coste de las mejoras de la vivienda. Algo muy necesario en un barrio con colectivos muy vulnerables. Todo el barrio estará implicado en la lucha contra el cambio climático. El equipo de Es Laboratori está llevando a cabo talleres en colegios e institutos de la zona, que permite a sus alumnos conocer una nueva opción laboral en un área tan demandada las energías renovables.

«Para estar más cerca de la población, se está adaptando la sede de la antigua comisaría, donde se atenderá a los vecinos y podrán pedir información o ayuda para solicitar las ayudas», dice Nicolau. Por eso se impulsará la figura del agente rehabilitador, que explicará cómo pedir las ayudas. Uno de los escollos que se han encontrado en el barrio es la falta de comunidades de vecinos constituidas. Por ello, «el Patronat de l’Habitatge les ayudará a constituir comunidades y así poder trabajar con los administradores de finca», añade Horrach.

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Las viviendas de La Soledat sur sufren altas temperaturas.

En esta transición energética para colectivos vulnerables, se buscarán soluciones «basadas en el entorno. Unas medidas que servirán de ejemplo para otras ciudades», explica el ambientólogo Antoni Llabrés, donde juega un papel importante «el despliegue de las zonas verdes, como dispone el nuevo Plan General», lo que permite rebajar la temperatura de la ciudad.

Los colegios del barrio, por ejemplo, carecen de sombra. También se pondrá solución. A finales de este mes en la cubierta del instituto Antoni Maura se instalará una estación metereológica para hacer un estudio de las temperaturas, que se unirá a los resultados de los sensores que se colocan en las viviendas de La Soledat sur. Así se conseguirá un diagnóstico para conocer cómo afecta el cambio climático en el barrio y ponerle solución. La Soledat está bajo la lupa y en 2025 ya se habrán aplicado estas medidas.

El apunte

Apagar el calor: desde el techo verde a la ventilación cruzada

Existen diferentes soluciones arquitectónicas para aplacar la subida de las temperaturas dentro de las viviendas de La Soledat sur como la renovación de las ventanas, la puesta en marcha de la ventilación cruzada o los techos verdes. Otras opciones se aplican en el entorno, como la plantación de árboles, que reduce hasta 10 grados la temperatura a su alrededor. El autoconsumo permitirá a todos los vecinos reducir su factura, así como la comunidad energética.