Un calesero de Palma. | J. R.

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El Ajuntament de Palma ha paralizado una segunda calesa por las deficiencias detectadas y que afectan a la seguridad del transporte y la salud del animal. El pasado 25 de agosto Cort ordenó paralizar una primera calesa al detectarse serias deficiencias que afectaban tanto al transporte como a la salud del caballo. Con esta nueva calesa inmovilizada, son dos a las que se ordena que paralicen su actividad, por lo que no podrán ejercer su trabajo hasta que los servicios veterinarios constaten que cumplen la normativa.

En el caso concreto de esta nueva calesa, el veterinario optó en su momento por hacer un seguimiento del caballo y se instó al propietario a prestarse a una revisión el pasado día 22, a la que no acudió. El Ayuntamiento de Palma, consciente de que este calesero podría haber incurrido en deficiencias que afectarían a la seguridad del transporte, la salud del animal, las condiciones higiénico-sanitarias y la imagen del servicio, ha decidido inmovilizarla.

Esta medida implica el depósito inmediato de los inmovilizados en el establo, el boxer o el garaje propio del titular y permanecerá mientras no se reparen las deficiencias apreciadas. Ante esta situación, Mobilitat ha ordenado inmovilizar esta segunda calesa advirtiendo al propietario que no podrá prestar servicio hasta que sea solicitada y practicada la oportuna revisión extraordinaria municipal. Desde el Ayuntamiento de Palma advirtieron que las inmovilizaciones de estas dos calesas no significa que se den incumplimientos generalizados, ya que «la mayoría de los caleseros cumplen con la normativa y el cuidado de los animales».

Por su parte, desde Progreso en Verde temen que los caballos retirados se envíen a Valencia a un matadero para que sean sacrificados. «Pedimos al Ayuntamiento que envíen los caballos retirados a los establos de la Policía Montada». En relación al primer caso, la entidad animalista menciono el primer caso de la retirada de «un caballo cojo y otro con baja masa muscular obligados a prestar servicio en las galeras de caballos a pesar de no superar la revisión veterinaria y negarse a realizar la siguiente revisión. No es un caso aislado. El año pasado ya se detectó a un conductor de galeras con un caballo anciano y cojo de dos patas, qué pese a no pasar la revisión veterinaria, decidió poner en peligro la vida del caballo».

La entidad pide que se acabe «la impunidad. Vamos a llevar este nuevo caso a la Fiscalía por ser un claro maltrato animal. Exigiremos la retirada de la licencia del conductor de la calesa inmovilizada y una inhabilitación para la tenencia de animales. Agradecemos que el Ayuntamiento de Palma haya respondido a las denuncias y registros, pero la situación en muy grave para quedarse tan solo en un expediente sancionador. Este conductor de galeras es reincidente y no puede prestar servicio ni un día más en un servicio municipal. Esperamos que el Ayuntamiento reaccione de forma contundente», declara Guillermo Amengual, presidente de Progreso en Verde.