La alarma, que se estrenó el viernes, sonó de forma constante y estridente en la madrugada del jueves al viernes desde las 4 de la madrugada hasta las 8 de la mañana. Aunque en un primer momento la Autoritat Portuària de Balears (APB) defendió su conexión por razones de seguridad marítima, horas después informó de su «apagado provisional hasta el lunes 20 de noviembre» ante la creciente indignación vecinal.
Fuentes de la APB han confirmado este martes 21 de noviembre que la nueva alarma «continúa apagada»: «Estamos buscando alternativas técnicas para reducir las molestias sin incumplir los mínimos exigidos en las resoluciones que rigen el sistema de ayudas a la navegación».
Entre las opciones que se están estudiando está la colocación de una pantalla en la parte de la sirena que da a tierra con el objetivo de atenuar la intensidad del sonido. La opción alternativa sería aumentar el linde de espesor de niebla en el sensor para que la sirena salte solo cuando las condiciones meteorológicas impidan la visibilidad de navegación a ciertos metros.
La APB avisó ya el viernes a Puertos del Estado del apagado provisional del aparato para que procediera a dar un aviso a navegantes a través del ATON (Aids to Navigation)». Los vecinos afectados por el incidente son partidarios de sustituirla por otros medios técnicos que garanticen la seguridad marítima pero dejen dormir a los vecinos.
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