La silla de Maceo está ahora en Cuba. | Click

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Aunque el pasado 16 de diciembre se acabó el plazo de cesión por parte del Ajuntament de Palma, la silla de Maceo sigue en Cuba. Es más, el pasado 9 de diciembre se inauguró una exposición una exposición de los objetos del militar independentista en el Palacio de los Capitanes Generales, en La Habana Vieja. Y entre estos objetos estaba la conocida silla, que el Ajuntament cedió en 2018 de manera temporal.

Si bien el alcalde de Palma, Jaime Martínez, escribió en septiembre al Gobierno cubano recordando que ya se acercaba el fin del plazo de la cesión de este objeto, que fue traído a Mallorca por el general Valeriano Weyler como botín de guerra. La familia cedió al Ajuntament parte de sus propiedades, entre ellas la famosa silla del líder rebelde cubano y que, después de años de habérsele perdido la pista, fue hallada en un almacén del Museu de Mallorca.

Si bien es cierto que se cedió de manera temporal a la Oficina de Historiador del Centro, en Cuba, tampoco parece que el Ajuntament de Palma tenga una especial urgencia para reclamarla. Así, fuentes municipales señalaron que «desde Cuba nos han pedido una prórroga y ahora mismo se está valorando qué se va a hacer».

Por su parte Bartolomé Sancho Morey, periodista mallorquín afincado en Cuba, señaló que «desde el Gobierno cubano hay mucho interés y buena voluntad para que la silla continúe aquí, que es donde debería estar: en Cuba. Lo cierto es que ambos gobierno tienen voluntad total para que se quede en Cuba. No hay dificultades en negociar».

Sancho Morey advirtió que en 2018, cuando el presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, llevó la silla a Cuba «ya estaba convencido de que debería quedarse allí». Por lo pronto el Gobierno cubano ha ofrecido a cambio de la silla de campaña de Antonio Maceo cuatro cuadros de varios militares españoles.

Precisamente en 1995 una delegación militar del Ministerio de Defensa de España llegó a Cuba invitada por el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. El propósito de la visita de la delegación militar española consistió en traer a Cuba la silla de montar del Lugarteniente General Antonio Maceo que se encontraba en el Museo del Ejército en Madrid. El importante acontecimiento se llevó a cabo después de un largo proceso de años de gestiones y mediante la aprobación del Estado español y un acuerdo del Consejo de Estado de Cuba.

A cambio de la entrega a Cuba de la silla de montar de Antonio Maceo, la representación española recibió un cañón del pecio Plutón, buque hundido en Cuba en 1898, y una bandera de percha tomada a un soldado español en 1897. Así se llevó a cabo el intercambio de piezas históricas.