Presentación del proyecto de la plataforma Units per l'Esport

TW
12

PP y Vox votaron este jueves, en el pleno del Ajuntament de Palma, a favor de estudiar la posibilidad de poner en marcha la construcción de una o varias zonas polideportivas polivalentes para los vecinos del Coll d’en Rabassa y Can Pastilla. La propuesta de un plataforma conformada por 31 entidades de la zona, que fue presentada por Vox al pleno. El objetivo es hacer piscinas y polideportivos cubiertos, cubrir la pista de patinaje existente y un nuevo campo de fútbol en un solar rústico de 25.000 metros cuadrados en Son Rossinyol. En el último momento se añadió la petición de un centro educativo.

Al pleno acudió la plataforma Units per l'Esport, promotora de la propuesta y que reclamaba «unas instalaciones deportivas dignas para el Coll d'en Rabassa y Can Pastilla. Esta plataforma es un movimiento social formada por 31 entidades educativas, deportivas, asociaciones de vecinos, de gent gran y culturales». Según la entidad, «Son Rossinyol es una finca de unos 150.000 metros cuadrados que linda con la calle Bernat Rigo, la calle Guasp y la autopista.

Pero no todo el mundo parece estar de acuerdo con la propuesta. La Associació de Veïns del Coll d'en Rabassa denunció el proyecto «faraónico. Proponen la construcción de una piscina de 25 metros, un aparcamiento de unos 400 vehículos, seis pistas de padel, y tres campos de fútbol, una de ellas con tribuna cubierta».

Según el presidente de la asociación, Joan Forteza, «la proposición no defiende el interés general y tenemos la sospecha de que podría ocultar intereses particulares. El conjunto de Son Rossinyol, de 122.925 metros cuadrados, está calificado en el Plan General como suelo rústico protegido y zona de interés paisajístico». Forteza añadió que «en las presentaciones que se han hecho nunca han acompañado de ningún tipo de proyecto, ni informe urbanístico, ni de viabilidad económica, ni de impacto ambiental ni sostenibilidad, ni su impacto en la movilidad del barrio».

Fulgencio Coll, de Vox, defendió la propuesta y señaló que «estos solares rústicos, que son privados, se pueden comprar o permutar» y propuso que se hiciera una recalificación con «una modificación del Plan General. Es un barrio que está abandonado». Para permutar estos terrenos, Coll propuso «los terrenos donde se ubica en el poblado de Son Banya».

Por su parte, el regidor del PSOE Francisco Ducrós mostró su sorpresa por «la afectación de riesgo por contaminación de acuíferos en esta parcela. Si se quiere abrir el debate sobre las infraestructuras necesarias, se puede desarrollar lo que está previsto en el Plan General. Hay previstos equipamientos educativos en Son Rossinyol, equipamientos para desarrollar en la Illa de Rodes. En Can Pastilla está prevista una expropiación y ya hay un campo de fútbol previsto». Por otro lado, Ducrós reclamó «una operación realista. Lo que proponen puede costar 35 millones de euros y además, no resuelve los problemas del barrio».

Mientras la regidora de Mes, Neus Truyol, advertía que «tiene pinta de pelotazo urbanístico», el primer teniente de alcalde, Javier Bonet, advirtió que «la propuesta solo plantea estudiar el proyecto si es viable. Una vez tengamos la valoración, volveremos al pleno- si viene avalado por 31 asociaciones, lo mínimo es escucharlos».