Interior de la iglesia de Montesión | Pilar Pellicer

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Més reclama al Ajuntament de Palma que evite que Montesión tenga «usos turísticos o similares». El grupo municipal presentará una moción para el próximo pleno en el que insta a que el equipo de gobierno haga «un seguimiento estricto de los posibles usos y obras que se puedan realizar en conjunto, siempre respetando sus valores arquitectónicos, artísticos y culturales, teniendo en cuenta que forma parte del Catálogo Municipal».

También pide que el Consell de Mallorca «proteja tanto el espacio arquitectónico como los bienes muebles que se custodian», al mismo tiempo que le reclama que «intervenga para salvaguardar el patrimonio inmaterial vinculado a la historia del templo, el convento y la escuela». Otro punto de la moción propone que el Ajuntament de Palma se reúna con la comunidad afectada, «ya sean los antiguos alumnos como los vecinos del barrio».

Més advierte que «ha habido un cambio importante en el proyecto global» de rehabilitación del conjunto de la parroquia y el convento, que «ocupan un espacio relevante dentro del centro histórico de nuestra ciudad, tan valorado por los inversores inmobiliarios y sobre el cual tienen puestos los ojos». El grupo municipal reconoce la necesidad de llevar a cabo el proceso de reforma del conjunto arquitectónico y su uso inicial «de cariz más social y abierto a la ciudadanía».

Sin embargo, los ecosoberanistas lamentan que se haya echado para atrás «lo que debía ser un proyecto de conservación integral, y que contaba con la creación de un espacio museístico que explicaba la historia del centro. Debía incluir un espacio de residencia para gente mayor que albergase a los propios jesuitas que todavía viven allí, dando también cabida a otros usuarios, con prioridad a los vecinos de la barriada. Este era el espíritu del proyecto inicial, convertido ahora en un posible proyecto inmobiliario que puede hacer cambiar el sentido».

Por último, Més advierte que «la Compañía de Jesús, en este momento, ha decidido cerrar la escuela, enviar fuera de Mallorca a los diez jesuitas que viven en Montision y comenzar otro proyecto con otros posibles agentes inversores».