Imagen de las terrazas de la Llotja. | Jaume Morey

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El Ajuntament de Palma ha aprobado la regulación y modificación de las terrazas en ocho puntos de la ciudad, tales como La Rambla, el Born, las calles Bartomeu Riutort y Nuredunna, y las plazas de la Drassana, la Llotja y Banc de l'Oli. En estas tres últimas, las sillas y las mesas pasarán a ocupar más espacio. En conjunto, se sumarán 88,45 metros cuadrados para este fin, 9 m2 en el Banc de l'Oli, 26 m2 en la Drassana, y 5,02 en la Llotja.

Esta decisión no ha agradado nada a los vecinos de Palma, ya que según explica la presidenta de la Federació d'Associacions de Veïns de Palma, Maribel Alcázar, «es un jarro de agua fría», ya que «no se nos ha informado y nos hemos enterado por la prensa». Por ello, «a las siete de la mañana hemos pasado una petición formal por registro par reunirnos de urgencia con Govern Interior y con el alcalde Jaime Martínez para tratar esta descoordinación y desinformación de la Mesa».

Este jueves tuvo lugar la tercera reunión de la Mesa por la Convivencia Ciudadana, en la que los vecinos de Banc de l'Oli ya comunicaron a los regidores Óscar Fidalgo y Lourdes Roca que habían detectado una ampliación de las terrazas en su zona y que habían preguntado a Govern Interior sobre la cuestión, descubriendo que efectivamente se iba a producir esta expansión, que está en vigor desde este viernes.

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Alcázar recuerda también que «la Federación está personada como afectada en el Contencioso Administrativo por la ampliación, con abogado propio, a favor del Ajuntament en la querella que tiene puesta por la restauración». Por ello, «nos parece aún más grave que siendo parte afectada nos enteremos por la prensa de que ya se da por perdida la sentencia y que se amplían las terrazas al margen de lo que haya dicho el juzgado».

En el caso concreto del Banc de l'Oli, la sorpresa ha sido mayúscula, ya que según la portavoz de la plaza en la Mesa, Lluïsa Coves, la ampliación agrava un problema actual con un local de la zona: «Llevamos cuatro años en conflicto con La Casa De Cookie». Indica que los clientes de este bar de copas salen a la plaza a charlar y beber y que con más terrazas será «aún peor». «Parece mentira que con todo lo que hemos trabajado, el Ajuntament no haya consultado a nadie», lamenta.

Por su parte, los restauradores celebran la decisión y se la agradecen al Ajuntament. «En la anterior legislatura hubo un abusivo recorte del espacio muy agresivo», indica el presidente de Restauración CAEB Mallorca, Alfonso Robledo. También señala que desde que el PP estaba en la oposición, ya se había comentado que el recorte de la ocupación de las terrazas «era muy exagerado y no había ningún motivo, porque había espacio suficiente para pasar».

«No nos han dado todo el espacio que teníamos desde un principio, pero esto nos da un poco de vida», continúa. «El Ajuntament ha sido coherente y no ha dado la razón». En cuanto a la oposición vecinal, Robledo asegura que «los vecinos bajan a los bares, son nuestros clientes. Lo que realmente hay que hacer es no molestar y una o dos mesas más no lo va a hacer». Sin embargo, Coves subraya que «no son los residentes los que van a estos sitios, sino los turistas».