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El Ajuntament de Palma planea instalar dos ascensores con pasarela en el Parc de sa Quarantena y en la Plaça Mediterrània para conectar el Paseo Marítimo con el barrio de El Terreno.

El actual equipo de gobierno renovará un proyecto previo que no se llegó a ejecutar y que contemplaba el uso de escaleras mecánicas en la Plaça Mediterrani. Esa opción, según fuentes municipales, se ha descartado por los elevados costes de instalación y mantenimiento: «La usabilidad es muy limitada, porque se averían a menudo y además se vandalizan», exponen desde Urbanisme.

El factor económico no es el único motivo para abandonar la idea de las escaleras mecánicas: el ascensor con pasarela permitiría el acceso de personas con carritos, bicicletas y otros elementos, que no podrían subir por las escaleras mecánicas.

En el Parc de sa Quarantena estaba prevista otra intervención para colocar un ascensor que tampoco se llegó a ejecutar. Allí también se instalará un elevador con pasarela enlazando con el Marítimo. Asimismo, se prevé un nuevo acceso peatonal en Can Barbarà y mejorar la comunicación entre la Plaça Mediterrània y Gomila.

Según Urbanisme, estos cambios responden a las demandas de colectivos vecinales de la zona. Se trata de un proyecto conjunto con el área de Infraestructures. Este miércoles la Junta de Gobierno del Ajuntament aprobará una actualización de precios relacionada con este proyecto, ya que las cifras de costes que se manejaban hace unos años se han quedado desfasadas. Se estima que la diferencia económica puede llegar hasta el 40 %.

El proyecto previo

En febrero de 2022 el gobierno del Pacte anunció una serie de intervenciones que incluían la escalera mecánica en la Plaça Mediterrània, sólo en sentido ascendente. Además, en Sa Quarentena se había proyectado un sistema de rampas para salvar los dos desniveles entre la calle Patrimoni y los jardines. El proyecto inicial también redistribuía las áreas de juegos infantiles.

El presupuesto previsto era de 1,3 millones de euros con aportación de fondos europeos FEDER, dentro del programa EDUSIPLP. Sin embargo, Palma terminó renunciando a los fondos porque los plazos de ejecución no se habían llevado a término «y no se podía pedir una prórroga», según informó la concejal de Infraestructures, Belén Soto, el pasado diciembre. El proyecto se había licitado pero quedó desierto. Contaba con ayudas que ascendían a 750.000 euros.